Nos dirigimos hacia el sur, rumbo a la capital tailandesa, Bangkok; pero antes hacemos un par de paradas en el camino para descubrir un poco la Tailandia de hace varios siglos, que por aquel entonces era conocida como Siam, bueno, realmente fue el Reino de Siam hasta 1.939, que se cambió el nombre por, Tailandia.
A cinco horas de Chiang Mai esta Sukhotai, donde encontramos una casa de huéspedes muy barata (3€) y muy acogedora. La nueva Sukhotai no tiene nada de nada, una pequeña ciudad, algo sosa; tan sólo el mercado y donde los puestos de comida es un lugar interesante para caminar.
Lo bonito de Sukhotai es el parque histórico a unos 12km; aquí se hallan los restos de lo que fue la primera capital de Siam; los orígenes de la actual Tailandia. Hasta el siglo XIII, fue el poderoso Imperio Khmer quien gobernaba este lugar; con la caída de Angkor, los tailandeses expandieron su territorio hasta abarcar más o menos lo que es Tailandia hoy día, y fundaron Sukhotai como capital.
Para recorrer el parque lo mejor es hacerlo en bicicleta, así que tomamos un bus hasta el Parque y allí alquilamos dos bicicletas por 1€ ambas.
El precio del Parque no es excesivo, pero sumando los dos tickets, por dos personas que somos nos saldría por 11€; así que para seguir con nuestro ajustado presupuesto decidimos colarnos en todo, bastante fácil la verdad comparado con otros países.
Tan sólo tomamos una carretera adicional, rodeando donde se encuentran las casetas de tickets, y cruzando un pequeño trozo de césped ya estábamos dentro y libres. Algunos de los templos son originalmente construidos por el Imperio Khmer, como el templo hindú de Si Sawai.
El templo Mahathat es el más grande y fue el centro espiritual y administrativo, con casi 200 stupas en su interior.
Pasamos el día pedaleando entre viejos templos, bella naturaleza y un calor tremendo; ahora nos damos cuenta de la buena temperatura de Chiang Mai al encontrarse a mayor altitud; aquí no hacemos más que sudar y sudar debido a la humedad, el ambiente se ha vuelto más denso, los días no son claros aunque este soleado; y eso que todavía estamos en febrero…
Para regresar a la ciudad salimos a la carretera a hacer autostop y parece que es muy fácil aquí porque el primer coche paró, eran dos chicas y nos dejaron en la misma puerta de la casa de huéspedes donde nos alojamos.
Seis horas al sur, muy cerca de Bangkok se encuentra la segunda capital de Siam, la cual adquirió gran importancia en el pasado, Ayutthaya.
El autobús nos dejó en la misma autopista, donde unos chicos trataban de vendernos un taxi, pero en lugar de eso seguimos a un militar que estaba cruzando la autopista de un extremo a otro y él nos ayudó a encontrar una parada de bus para ir al centro de Ayutthaya por tan sólo 7 Bath (0,15€)
Al llegar a la zona de hostales vimos el que sabíamos que era más barato, pero al ver el decrépito edificio intentamos buscar algo más; al final terminamos en el más barato, que realmente no era tan malo.
El día que llegamos coincidimos con el último día de unas fiestas en Chinatown, posiblemente debido al Año Nuevo Chino del pasado 14 de febrero; celebrado en muchas partes del Sudeste Asiático aparte de China; entramos en el año del Tigre.
Por la calle había infinidad de puestos de comida; en estos países son muy típicos los puestos callejeros por todas partes.
Ayutthaya fue capital de Siam desde 1.350 por más de 400 años, anteriormente ésta también estaba en poder khmer.
Ésta fue más importante incluso que Sukhotai y reconocida internacionalmente debido a los mercantes que llegaron desde Portugal, Holanda, Inglaterra, Japón, etc…
A mediados del siglo XVIII la ciudad cayó en manos de las tropas birmanas y Bangkok pasó a ser la nueva capital.
La ventaja de Ayutthaya es que su Parque Histórico se encuentra dentro de la misma ciudad y pudimos ir caminando a muchas partes; igualmente que en Sukhotai, no pagamos las entradas y nos colamos por detrás de los lugares, saltando un pequeño muro o colándonos incluso por delante de las taquillas.
Entre los lugares que visitamos están; el Templo Ratburana, construido por un rey en honor a sus hermanos caídos. (En Ayutthaya se construían templos en honor a difuntos y no en honor de los reyes presentes)
El Templo Mahathat alberga la imagen más conocida de la ciudad, la clásica cabeza del Buda atrapada por las raíces de un árbol.
Entre casas locales y pasando junto a multitud de viejas stupas llegamos al templo Thammikarat, con su stupa rodeada de leones.
En el centro de la ciudad se extiende un gran parque con lagos y otros viejos templos de gran importancia en el pasado, también hay recintos con elefantes para pasear a la multitud de turistas.
Otro día tomamos de nuevo la opción de la bici para visitar lugares más alejados; donde nos alojamos alquilan unas muy baratas y roñosas.
El centro de Ayutthaya es realmente una isla formada por la confluencia de tres ríos; nos salimos de la isla y en dirección sur fuimos a visitar un viejo templo muy activo entre los fieles tailandeses; a pesar que era un lugar complicado de colarse, entramos por la puerta trasera, (por donde entran los locales), y como había tanta gente nadie se enteró.
La stupa central es bastante impresionante con pequeños budas sentados en todo el perímetro.
Frente a la stupa, había un pequeño templo lleno de gente rezando y colocando pequeñas y finas láminas de oro sobre los santos, algo que vimos el día anterior en otros templos.
El templo Panan Choeng, es un importante punto de peregrinación para los tailandeses y en su interior se alberga un impresionante Buda sentado de 19 metros de altura. La gente compra como ofrenda túnicas doradas que lanzan sobre el Buda; en el regazo de éste hay unos hombres que las recogen para colocarlas sobre él.
Volviendo a la isla, la pedaleamos de punta a punta para salir de nuevo por la parte oeste y seguir la orilla del río visitando más templos.
Junto al actual barrio musulmán, se encuentra un antiguo asentamiento portugués; éstos fueron los primeros que llegaron a Ayutthaya a comerciar en el año 1.511.
En el asentamiento sólo quedan las ruinas de una iglesia, pero aparte han excavado las tumbas dejando los esqueletos al descubierto.
Cansadísimos de la bici por el intenso calor, concluimos la visita en el mismo parque central del día anterior donde encontramos un enorme Buda reclinado de 42 metros de largo.
