GRANADA

Desde casa de Arancha y Jesús hacemos una visita de un día a las Alpujarras granadinas, las estribaciones de la cara sur de Sierra Nevada.

Llegamos al pueblo de Capileira y ascendemos por una carretera de tierra hasta el final, desde donde sale una senda que atraviesa un bosque, hasta un buen mirador de la sierra.

Desde aquí hay buenas vistas del Mulhacén y el pico Veleta, ya blancos por la primeras nieves del año.

El cielo claro y limpio que nos acompaña nos permite ver hasta Almería, y la costa africana hasta Argelia.

 

Al regreso pasamos por el pueblo de Trevélez, donde encontramos carteles que refieren al asentamiento como el más alto de España.

Sin duda una de las cosas más embaucadoras de Trevélez es su olor a jamón serrano. Su situación geográfica reúne las condiciones idóneas para el secado de jamones, por lo que hay multitud secaderos; y cada establecimiento del pueblo tiene montones de jamones colgados de los techos.

Despidiéndonos ya de Arancha y Jesús tomamos rumbo a Granada capital. Estábamos muy ansiosos de conocer ésta ciudad, y hay que decir que después de haber escuchado tanto de ella, no nos decepcionó en absoluto. Durante nuestro largo viaje de 4 años, gente de Europa nos habló de la belleza, el encanto y el ambiente granadino. Por otra parte, los habitantes de los países árabes nos “saludaban” con un “¡Alhambra!” al decirles nuestra nacionalidad. Para ellos Granada significa mucho; último bastión árabe de la antigua Al-Ándalus, y no solo eso, si no una obra arquitectónica grandiosa, que llegó a estar nominada para ser una de las maravillas del mundo.

Dejamos el coche en las afueras para despreocuparnos de aparcar y de los “gorrillas”, y nos movemos en autobús o a pie que es como mejor se conoce una ciudad.

Encontramos un hotelillo por 28€ la doble, un hotel interesante que fue premiado con el record guinnes al hotel más estrecho del mundo. La verdad es que las habitaciones eran un poco pequeñas, pero nada que pueda asustarnos a estas alturas.

Centrados en una visita óptima de la Alhambra, nos enteramos bien de los horarios, (hay diferentes horas de visita) y al día siguiente desde primera hora visitamos la gran obra que iniciaron y perfeccionaron los musulmanes de Al-Ándalus, para luego ser continuada con diferentes obras por la monarquía española tras la Reconquista.

A pesar de unas 6 horas intensas de visita, no te da más que para hacerte una idea del concepto y dimensiones de la Alhambra. La parte más impresionante para nosotros, son los palacios nazaríes, pequeñas salas repletas de un intrincado de tallas, arcos, columnas… A continuación pongo unas “pocas” fotos de las muchas que hice.

El Albaicín es un barrio frente a la Alhambra de estrechas callejuelas y muchísimo encanto. En lo alto de él, está el Mirador de San Nicolás, desde donde se puede ver la “postal” perfecta de la Alhambra con Sierra Nevada detrás.

En la parte baja del Albaicín se concentran, teterías y restaurantes exóticos, muchos de comida árabe, bereber, india, etc…Lo cual le da un animado ambiente.

Por otra parte en la Calle Navas y alrededores se juntan unos cuantos restaurantes locales donde cada tapa, gratuita, que te sacan con cada bebida supera siempre la anterior. Ojo que “la tapa” se ha vuelto también muy turístico, (más bien entre extranjeros) y hay lugares en los que no te la dan. Pero siempre que se vaya a un bar local, esto es una costumbre que nunca puede faltar.

Otro lugar curioso que visitamos es el Sacromonte, un barrio junto al Albaicín, en el que las casas son cuevas excavadas en la roca, y generalmente moradas por gitanos.

Por ultimo hicimos una visita a la Capilla Real en la Catedral de Granada, donde se encuentran las tumbas de los reyes católicos, Fernando e Isabel, junto a su hija Juana “la loca” y  el marido Felipe “el hermoso”