24 octubre 2008

EN BUSCA DE TRANQUILIDAD...

Tras un viaje nocturno en autobús desde Aurangabad, llegamos a Bijapur agotados de cansancio, debido a los locos conductores y el mal estado de la carretera no pudimos dormir nada; así que buscamos un hotel desesperados, para poder tirarnos a dormir.

El estado de Karnataka es oficialmente parte de Sur de India; parece mentira pero en principio vemos muchos cambios en la gente; siendo más honestos con nosotros a la hora de comprar algo y darnos las vueltas; eso, o que sea más barata esta zona…

Bijapur es una ciudad donde predomina el Islam, existen grandes joyas como el Golgumbaz; un enorme edificio con cuatro torres octogonales, coronado con la segunda cúpula más grande del mundo (la primera es la Basílica de San Pedro en El Vaticano), tiene 38 metros de diámetro, y se puede subir hasta el pie de ella donde se halla la galería de los susurros; dos personas, una en cada extremo pueden hablar perfectamente mirando a la pared; pero lo más impresionante es la acústica del lugar, que repite cada sonido 10 veces. Por desgracia no pudimos comprobarlo, a veces los indios tienen muy poco conocimiento y lo que hacen es subir a gritar, silbar y hacer el tonto, por lo que nadie se entera de nada.


Dentro de la ciudadela hay lugares muy interesantes como el Asar Mahal, donde se guardaban dos pelos de la barba del profeta Mahoma, o una mezquita sólo para mujeres donde pasamos un rato agradable con los niños, quienes sonrientes nos piden fotos constantemente.


Hay unas mujeres muy curiosas, que es lo que más nos ha llamado la atención de Bijapur; no sabemos a que tribu, o clan pertenecen; llevan un montón de adornos, grandes anillos, y un aro enorme en la nariz.


Por otra parte, disfrutamos de la gente de la ciudad parándonos a intentar comunicarnos con ellos, como un interesante vendedor de medicina natural, quién no comprendía cómo no podíamos hablar hindi o canara, el idioma oficial de Karnataka. O el vendedor de cocos “de beber” quien los abre en el momento y coloca una pajita para tomarlo, y seguido los rompe al mismo tiempo que hace una cuchara con la cascara del coco, para sacar la chicha de dentro.


Seguimos desplazándonos en autobús, que es la forma más cómoda en el sentido de que no hay que hacer reservas; es llegar y marchar; y así llegamos al tranquilo pueblo de Badami, ubicado entre un paraíso natural de palmeras, cocoteros y verdes praderas, donde se alzan colinas rocosas de color rojizo.

Los habitantes son una gente de lo más tranquila; a pesar que los niños piden algún boli, caramelos y dinero, como es habitual en toda India por culpa de otros viajeros; de todas formas no son muy insistentes y haciéndoles unas fotos se quedan la mar de tranquilos, les encanta…


Badami se halla entre dos colinas de roca con un fuerte en lo alto de cada una de ellas; en la colina sur hay unos templos-cuevas que prescindimos de ver, pues ya hemos visto lo mejor de país en Ellora y Ajanta, y con los precios de turista no es para andar pagando todo.

Entre colinas también hay un bonito estanque donde la gente desarrolla su vida diaria; para nosotros son cosas tan normales que no le damos la importancia que se merece, o no le prestamos tanta atención como nuestro primer viaje a India, pero la verdad es que la vida aquí es totalmente diferente de donde nosotros venimos.
En general la mujer (de casta baja), es quien se come todo el trabajo duro, y nunca tiene puestos de trabajo de cara al público, como en una tienda, un restaurante, hotel… Mujeres y niñas golpean la ropa con fuerza en los ghat del estanque para limpiarla, las más mayores transportan grandes cantidades de cosas sobre sus cabezas…


En la colina norte descubrimos unos cuantos bellos templos entre estrechos caminos o grietas en las rocas; en algunos de ellos había monos como de costumbre, y en la cumbre los búfalos que se encuentran en cualquier rincón de India.


Cerca de Badami esta Pattadakal, con una serie de templos hindúes, desgastados pero con mucho encanto, sobre todo el más grande ellos con columnas llenas de tallas y cabezas de elefante como capiteles. Tuvimos que colarnos por una valla rota porque el precio de la entrada aquí era de la categoría carísimo, 50 veces más elevada que los nativos.


Más al sur en Hampi ya es otro asunto, es un gran centro turístico; Hampi no existe como ciudad en sí a menos que vallamos 500 años atrás. Pero en su viejo bazar se ha creado una nueva vida para servir al turista, con docenas de hoteles económicos, restaurantes, y un poco de todo; ubicado en los antiguos emplazamientos con columnas de piedra y cientos de años de historia. Lugares como Hampi son de lo mejor para dormir siempre que no sea temporada alta; pues por 150 Rupias se está en un cuarto limpio y con baño.


La única calle de Hampi muere en el magnífico templo de Virupaksha, con su gran gopuram, (torre) de entrada de casi 50 metros; los detalles de las tallas muestran una vez más dibujos eróticos de mujeres y hombres.


Hampi es un lugar muy extenso; formado por un peculiar terreno con rocas de formas caprichosas; salpicado de templos, ruinas…y todo ello metido entre palmeras y una exótica vegetación y vida animal, como unos cien-pies de unos 20 cm de largo; y por supuesto reptiles de todo tipo, aunque los más abundantes son lagartos que se pasean por las rocas.


Para explorar la zona a fondo alquilamos unas bicicletas todo el día, así pudimos detenernos en cada templo y estatua de Hampi; alguno sencillo, otros llenos de grandes trabajos siempre sorprendentes.


Los lugares más interesantes fueron el Lothus Mahal, y el establo de los elefantes, antigua estancia para guardar a estos grandes cuadrúpedos.


Pero la obra cumbre es el templo de Vittala; donde las columnas súper-detalladas, hacen música al ser golpeadas. En el patio hay un impresionante carruaje completamente de piedra.


Regresando al bazar, hay un bonito paseo junto al río donde algunos turistas alquilan unas barcas hechas de mimbre muy bien trenzado; nosotros pasamos cuando les llega el turno a las mujeres de recogerlas y limpiarlas.


Dejando Hampi atrás, hemos decidido tomarnos unos días de vacaciones en la costa oeste del país; para llegar allí nos pasamos todo un día de viaje en tren, autobuses, rickshaw…pero el esfuerzo mereció la pena. A pesar que el último autobús parecía una montaña rusa por las estrechas y defectuosas carreteras, el paisaje es alucinante, selvático, que lo hace aún más autentico viendo a los monos continuamente saltando entre árboles o a veces cruzando peligrosamente la carretera.

Nuestro próximo destino es Goa, conocido mundialmente por sus playas y ambiente de fiesta; pero antes nos detenemos los primeros días de las vacaciones en el norte de la costa de Karnataka, en la localidad playera de Gokarna; llegamos con el atardecer, aún así nos encaminamos por un sendero que sube una pequeña colina en busca de una playa paradisiaca, la playa de Kudle. La noche nos cayó por el camino, suerte que encontramos una chica israelí que se dirigía allí también; en la oscuridad buscamos algún chiringuito para alojarnos.

La playa de Kudle, al igual que otras playas paradisiacas que están escondidas por la zona, es el destino de mucha gente joven, (y no tan joven) que llegan en busca de paz y drogas en un lugar maravilloso como éste. El olor a marihuana y hachís es lo habitual de cada chiringuito que yace bajo las palmeras y cocoteros.


Y aquí andamos de momento, tirados en la playa al sol como los lagartos, a ver si quitamos el “moreno de granjero” que se nos ha quedado del viaje; y comiendo pescado fresco que hacía muuuucho tiempo no catábamos…

1 comentario:

  1. Hola,

    ufff, esto no se puede hacer!. Me estoy muriendo de envidia!. Os he estado leyendo casi desde el principio y me gusta el tipo de viaje que estais haciendo, saliendo de la ruta más turistica y viendo cosas originales.

    La verdad es que cada semana estoy ansioso de ver donde andais y que cosas os han ocurrido.

    Ha sido gracioso también que estaba leyendo el blog de Jan Bover y descubrir que os habíais encontrado! Je je, eso si, el va mucho más retrasado con sus crónicas...

    Seguid asi y suerte en vuestro viaje.

    Saludos

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