Después de las vacaciones playeras, nos metimos una buena paliza de buses y tren prácticamente a la otra costa del país. Primero un destartalado autobús de 6 horas hasta Hubli, y aquí 13 horas del tirón a Tirupati en el estado de Andhra Pradesh.
Al darnos plazas separadas en el tren, hablamos con una persona para cambiarnos el sitio; al principio no quería, luego el revisor lo obligó básicamente a cedernos el sitio, pero al final nos hicimos todos amigos, y como este hombre no quería irse lejos de nosotros, (pues solemos ser la atracción de los trenes) empezó a cambiar a la gente los sitios para quedarse en nuestro compartimento, lo que provocó un descontrol tremendo, pues llegaban nuevas personas que no sabían donde tenían que sentarse… total que volvió el revisor para arreglar el tema, y nos cayó la bronca a nosotros…
Parece que somos unos grandes apasionados del peregrinaje y lugares santos, porque una vez más volvemos un sitio sagrado; pero no uno cualquiera, junto a Tirupati está la montaña de Tirumala, el lugar de peregrinaje mas importante del hinduismo, pero no sólo eso, dicen que aquí acuden más peregrinos que a La Mecca, El Vaticano, o Jerusalén.
Estos lugares son buenos para alojamiento, amplia oferta junto a la estación de tren, y muy barato.
Según llegamos notamos algo diferente en la gente, muchísimas personas calvas, tanto hombres como mujeres o niños; y es que muchos de los que peregrinan a Tirumala se afeitan la cabeza en renuncia a su ego.
En Tirupati hay un bonito templo con el clásico gopuram (torre), de los templos del sur de India, para acceder a él hay una larga calle de puestos de cosas para ofrecer al dios, o souvenirs y colgantes de plástico…también venden pelo de las personas que lo cortan en Tirumala.
Uno de los días encontramos un par de elefantes a la entrada que se dedicaban a dar una especie de bendición a la gente dando un pequeño golpe con la trompa en la cabeza, a cambio siempre de una propina para los dueños.
Este lugar es muy santo, y parecen muy estrictos a la hora de entrar dentro de los templos; tras cruzar el gopuram, pusieron pegas por los pantalones cortos (la primera vez), y estaba totalmente prohibido meter aparatos electrónicos, incluyendo cámara…
Tirumala está en la montaña junto a la ciudad, para subir se pueden cubrir a pie 15km, o tomar la opción nuestra, un autobús de los cientos que hay al día durante 24 horas.
Durante el bien cuidado camino se ven montones de carteles prohibitivos con su equivalente multa en rupias, como fumar, escupir, arrojar basura o conducir deprisa; ninguna de ellas se respeta…
Una vez en la cumbre vemos mas y mas gente calva, todos caminan en todas direcciones, de templo en templo, comprando, comiendo…dicen que en un momento dado siempre hay 5.000 personas aquí, y al día se juntan unas 100.000 personas.
Según nos vamos acercando al templo de Venkateshwara, se puede palpar la devoción de la gente y lo sagrado que es este lugar.
¿Por qué no entramos en el templo? Vimos un lugar donde la gente entraba entre unas rejas que iban dando varias vueltas hasta llegar a un puente unido al templo, tras bajar unas escaleras, también enrejadas, la línea de gente continua alrededor del templo hasta un momento que entra dentro y la perdemos de vista; unos dicen que son sobre 4 horas de espera en las claustrofóbicas jaulas, otros dicen 5 horas, que pueden llegar hasta 8 tranquilamente; cuando se llega al altar del dios, la gente formula cualquier deseo, y éste será concedido.
Todos los aparatos electrónicos están prohibidos de nuevo, otro motivo porque no pudimos entrar…
Lo único que pudimos observar fue la ofrenda de los cocos, en un lugar lleno de artilugios metálicos grasientos, humo, incienso, y gente prendiendo piedras de fuego girándolas en círculos, y partiendo cocos tirándolos allí mismo siguiendo una serie de rituales.
18.000 personas constituyen todo el personal de trabajo de Tirumala; hay multitud de establecimientos para comer, como unos pequeños y mugrientos restaurantes, que no se como pudimos terminar allí… Estaban cocinando en la calle y tenían unos habitáculos de unos 3 metros cuadrados, con bancos alrededor y un montón de cucarachas por las paredes; comimos una Dosa; una especie de pizza de cebolla.
En Tirupati vemos por primera vez unas marcas en la entrada de las casas, comercios, restaurantes… la gente pinta como flores y dibujos con tiza o polvos de colores en el suelo con motivo de bienvenida a su dios; aparte las libres vacas siempre andan curioseando por las tiendas…
Dejamos el estado de Andhra Pradesh, para volver dentro de un tiempo, y cruzamos a Tamil Nadu, a la ciudad de Vellore.
Vellore no tiene mucho a parte de un fuerte y un prestigioso hospital de investigación al que acude gente de todo el mundo; no sabemos si este quizá será el motivo por el que también hay bastantes vagabundos con lepra por las calles.
La oferta hotelera aquí era de los más amplia, probamos en varios hoteles hasta encontrar uno no muy limpio pero con un precio muy llamativo, menos de un euro por persona, claro que el baño presentaba este aspecto…
El fuerte de Vellore es una extraña mezcla de departamentos y templos dentro de él; la mayoría de los establecimientos son oficinas del gobierno; aparte de esto hay un muy bonito templo hindú de la misma arquitectura y tiempo que los de Hampi, lástima que dentro estaban prohibidas las fotos y sólo pude robar un par de ellas.
Los templos del sur de India son muy diferentes, parece que la gente que acude son mucho más devotos, y en general están bastantes sucios por dentro porque acostumbran a tirar aceites, grasas, comida, tierras de colores…sobre los dioses.
Además de este templo, dentro del fuerte hay una iglesia del siglo XIX y una mezquita…un poco de cada, para cada religión.
Mas al sur en Tiruvannamalai comenzamos con un delicioso thali del sur de India; hasta ahora es de los mejores que hemos comido, a parte de su presentación, en lugar de platos colocan un trozo de hoja de platanera, y el camarero viene con los potes de comida echándolo sobre la hoja, otro trae el arroz y uno mismo debe echar con la mano la mitad de ello en la hoja; otro hombre aparece y echa dhal (lentejas amarillas) sobre el arroz y entonces se empieza a comer tal y como hacen ellos, con la mano derecha; la mano izquierda jamás debe tocar la comida pues es la impura, la que ellos usan para…
A parte traen más recipientes con varias salsas, sopa, dulce y cuajada.
En Tiruvannamalai hay un enorme templo, de los más grandes de India; lo mejor de estos lugares tan sagrados y religiosos es pararse a observar a la gente todo lo que hacen, pues desde que entran al templo hasta que salen son un montón de pasos, el culminante de ellos es el dharsam, cuando se acercan ante el gurú que les da la bendición y les coloca el punto o la línea en la frente.
Junto al templo se desarrolla la vida cotidiana, con los vendedores de fruta, de baratijas y ofrendas para los dioses como cocos y dulces… los auto-rickshaw ruidosos que traen gente al templo continuamente… Toda una mezcla de cosas que uno no puede asimilar sin más.
La ciudad está al pie de una montaña que para variar es….¡sí, sagrada! Pero en esta ocasión lo que la hace especial es una caminata que se realiza alrededor de toda la base de 14km; pero nosotros para llevar la contraria lo que hicimos fue subir hasta arriba; bueno, casi hasta arriba. Las vistas fueron magnificas de la ciudad al completo pero lo mejor fue ver las 10 hectáreas de templo desde lo alto.
Esta vez no encontramos cobra, pero si creemos que vimos un camaleón, aunque la gente local lo llamaba iguana; pero lo que si estamos seguros es del escorpión que encontramos al levantar imprudentemente una piedra para sentarnos.
Por último nos dirigimos a la capital de Tamil Nadu, Chennai; en nuestro camino de autobús presenciamos varios accidentes como es de costumbre, pero la sorpresa vino cuando desde la terminal de Chennai nos dirigimos al centro de la ciudad y vemos que el bus que íbamos a coger había colisionado con otro partiendo toda la luna delantera, es India…
Afortunadamente, en India lo que no faltan son buses y rápido tomamos otro, que nos acercó al barrio más famoso de la ciudad, Triplicane, donde vive Purushot un chico de CS que nos alojó por varios días.
Aunque él no estaba en casa, su madre, Solochena y su tío Shankar, nos atendieron como si fuéramos familia de toda la vida. Shankar nos llevó hasta la playa de La Marina, a 10 minutos caminando de casa; de camino nos contó sobre el tsunami que devastó varios países en diciembre del 2004; Chennai no se libró de él y aunque no murió mucha gente, el relato de Shankar fue espeluznante cuando nos contaba que él estaba en la playa jugando un partido de cricket y todos vieron como el mar retrocedía muchísimo, y a lo lejos venía la ola gigante, afortunadamente con la moto pudo escapar, aún así el mar entro un kilometro ciudad adentro.
Purushot y su familia viven en una humilde casa de unos 25 metros cuadrados, pero esto no impidió que nos dieran lo mejor que tenían, y un hueco de suelo para poder dormir.
Purushot es un chico bastante diferente, quizá gracias al club o a una fuerte amistad que tiene la familia con un hombre francés; él quiere romper con algunas reglas como la de casarse con una chica de diferente casta, lo cual es un shock en familias de ambas partes, por lo que deben de tenerlo oculto por el momento, o al menos hasta que le suban el sueldo de aprendiz, 20€ mensuales…
El primer día en Chennai, se pasó casi todo el tiempo lloviendo, y pasamos mucho tiempo en casa conociéndonos y charlando. Las altas temperaturas no impiden que a pesar de la lluvia se pueda ir a la playa; además Purushot nos dijo que mientras lloviese más tranquila estaba, así que lloviendo nos fuimos a darnos un baño.
Aunque el monzón ya pasó de largo, cuando llueve un poco en la India, todo se inunda muy rápido, el tráfico se vuelve caótico y todo se embarranca.
El agua del mar estaba caliente como siempre en estas latitudes, pero debido a la lluvia y a tormentas mar a dentro, el mar estaba muy muy picado y con mucha resaca; nos dimos un buen baño con Purushot y Shankar ante la expectación de los locales; al ser playa publica en la ciudad María tuvo que bañarse completamente vestida.
Tras estos casi 20 meses de viaje, vamos a romper un poco los esquemas, vamos a hacer algo que no queríamos pero que nos hemos visto obligados si queremos ir a este país; esta noche tomaremos un vuelo, el primer vuelo del viaje para ir a un lugar que muchos ya sabéis, pero que dejaremos en incógnita para otros…
yo se cual es ese pais al q vaisssssssss jejejejeje
ResponderEliminarq bien vivis en la playita con una temperatura buenisima... q envidia!!
yo se cual es ese pais al q vaisssssssss jejejejeje
ResponderEliminarq bien vivis en la playita con una temperatura buenisima... q envidia!!
No vale... Os sigo desde el principio de los tiempos y quiero saber dónde habéis ido!!!!!
ResponderEliminarEscribid ya!!
Julia
María, David,
ResponderEliminaracabo de descubrir vuestro viaje y estoy verdaderamente admirado. No imagináis la envidia que me dáis.
Bueno, en adelante pienso seguir vuestras andanzas a través de este blog que además, para ponerme al día, comenzaré a leer hoy desde el principio: aquel 25 de marzo lluviosos de 2007. Tomaré hasta apuntes para mis próximos viajes je je.
También quiero deciros que he escrito un post sobre vuestro viaje en mi blog y os he puesto un enlace permanente para no perderos de vista. :]
Mucha suerte chicos!