RANGÚN

Birmania es la nueva excepción a la regla de no volar; recordamos que en los últimos tres años tan sólo tomamos un vuelo a Sri Lanka desde Chennai en India debido al conflicto armado que había en el norte del país. Y bueno, ya adelantamos que en general, en Sudeste Asiático se romperá en más de una ocasión…

Myanmar es el nombre oficial del país en el que nos encontramos, pero nosotros lo llamaremos Birmania o Burma como fue llamado hasta 1.989, además el pueblo birmano así lo prefiere.

Entre muchos viajeros siempre queda la duda si se puede ir por tierra a Birmania, bueno la situación actual es la siguiente: a Birmania sólo se puede entrar vía terrestre desde China, y se debe hacer a través de una agencia, todo organizado, siendo esto mucho más costoso que tomar un vuelo; de todas formas, cuando estuvimos en China escuchamos que ésta frontera también se había cerrado debido a conflictos entre el gobierno birmano y las minorías étnicas.
Desde Tailandia hay varios puestos fronterizos abiertos entre ambos países, pero lo que ocurre es que el gobierno birmano tiene muchas áreas restringidas a los extranjeros para ocultar las plantaciones de opio, o simplemente para que nadie vea la manera en la que quiebran todos derechos humanos. Entonces, se puede acceder desde Tailandia pero llegado un punto se debe hacer un vuelo interno para evitar dichas zonas restringidas.

Lo más económico y rápido es lo que hicimos, un vuelo de ida y vuelta desde Bangkok a Rangún, que ahora con Air Asia son baratos, (100 €)

Dejamos Bangkok muy pronto en la mañana; el autobús que nos llevó al aeropuerto atravesó Khao San Road donde a las 4 de la mañana aún se ven los extranjeros con las prostitutas o borrachos tirados por las aceras.

El vuelo dura sólo una hora y 10 minutos, y con el cambio horario de media hora antes, uno casi ni se entera que ha pasado el tiempo.

Para los muchos que pensaban como nosotros que la capital de Birmania es Rangún… están equivocados. Tras las paranoias de posibles ataques de otros países y buscar maneras de gastar dinero, el gobierno decidió trasladar la capital al centro del país en mitad de la nada, una obra multimillonaria que dio vida a Nay Pyi Taw, (Capital Real)
De todas formas las embajadas y todo el poder económico persiste en Rangún.

Nada más salir del diminuto aeropuerto vemos que Birmania es otra historia muy diferente a los países que hemos estado del Sudeste Asiático. Habíamos reservado una guesthouse reconocida entre viajeros para alojarnos, que además te llevan gratis desde el aeropuerto evitándote los 6 US$ del taxi. En la “Motherland II” el trato fue increíble; todo sonrisas, ayuda, nos invitaron según llegamos al desayuno… no es de los lugares más baratos que hemos estado (10US$) pero en el precio de la habitación está incluido el desayuno de buffet buenísimo; de todas formas en Birmania en general el alojamiento es más caro.

Las primeras sensaciones de Rangún son realmente abrumadoras, hacía mucho tiempo que no nos sentíamos tan bienvenidos en un país, todo el mundo nos sonríe cuando nos cruzamos, les encantan las fotos, te ayudan en lo que necesites y nadie quiere tu dinero.
Como suele ocurrir en este tipo de países, las palabras son pocas para describirlo, son lugares que hay que estar ahí para vivirlo y sentirlo; el estar tan ocupados también nos ha hecho dejar un poco de lado el blog (por eso el largo retraso en las publicaciones), aunque de todas formas en éste país esta censurado como en China; y el internet es tan lento que los proxies no pueden hacer bien su trabajo, (hasta el día de hoy)

El primer día nos encontramos con un hombre de Couchsurfing, Aung; aquí éste club no se puede usar para alojar huéspedes, es ilegal para los birmanos alojar extranjeros, es más, los extranjeros sólo pueden alojarse en determinados hoteles del país. Así pues, Aung vino a recibirnos a la guesthouse y nos introdujo un poco en el nuevo mundillo en el que nos adentramos. Al contrario de Tailandia, la cámara de fotos vuelve a despertar y salen fotografías de cualquier lugar.



Mientras caminamos al centro nos damos cuenta de la gran influencia de India, es el claro ejemplo del mixto indo-asiático; de nuevo nos impactan los olores como en India, muchas comidas son como en India (samosas, puri, chapati…), el té se toma con leche y por supuesto muchas caras indias o mezcla de ambos. Birmania fue colonia británica en el pasado, tiempo en el que muchos indios llegaron aquí trayendo así parte de su cultura, quedando ahora una gran comunidad.

Aung también nos ayudó a cambiar dinero en el mercado negro; esto es otra historia... El cambio oficial del Kyat con respecto al dólar estadounidense, es la mitad de lo que se puede obtener en el mercado negro; pero es peligroso para quien lo hace, pues por lo visto la posesión de dólares es ilegal para un birmano. El cambio de dinero fue un tanto peculiar, con varias personas vigilando que nadie nos vería; el cambio está sobre los 1.000 Kyat por 1US$; los euros se pueden cambiar pero el cambio es horriblemente malo y sacar dinero con tarjeta de crédito es imposible, en Birmania no hay ATM; ahí, otra de las cosas importantes a la hora de venir a éste país, se debe llevar TODO el dinero en metálico que se vaya a gastar, al igual que nos ocurrió en Sudán e Irán.
Los dólares que se cambien deben ser nuevos, perfectos, sin manchas ni marcas, a cambio te dan los peores billetes que jamás hemos visto; rotos, sucios, pegajosos, arrugados… como el gobierno no fabrica más, la gente los pega con celofán para alargar su vida, e incluso hemos visto billetes pegados con esparadrapo. Cuanto más alto es el billete mejor cambio te dan; por el de billete de 50US$ te dan 15 Kyat menos, por el de 20US$ otros 15 menos y así sucesivamente; el billete más alto es de 1,000 Kyat (menos de 1€) por lo que cambiando 150US$ recibimos un enorme fajo de billetes.

Rangún ha sido como un sopetón de emociones, de curiosidades, una vez más nuestra mente no da abasto para recopilar todo.
Las chicas birmanas usan al igual que en Laos un gran trozo de tela en forma de falda, pero lo autentico de aquí es el maquillaje, todas las mujeres y niños se pintan las mejillas con una especie de masa solida amarilla que diluyen con agua. Se pintan dos llamativos círculos en la mejilla y a veces la frente y la nariz; además de maquillaje también lo usan como protector solar; las mujeres del sur de India también usaban esto aunque de diferente manera. Por otra parte los hombres usan el “loungi” (falda), también como el sur de India.

Aung nos enseñó las cosas básicas que debemos saber sobre su país, así como palabras útiles y dimos una vuelta por el viejo centro de Rangún, un conjunto de altos y decrépitos edificios coloniales británicos con estrechas calles en cuadricula. Calles llenas de vida, con tiendas, puestos de frutas, calles repletas de pequeñas mesas con los birmanos tomando el té, gente que te lee el futuro en la mano… A pesar del movimiento y de la gran actividad, Rangún no es una ciudad ruidosa y con tráfico caótico como puede ser en India o Bangladesh.



Tras Tailandia, el turismo en Birmania se vuelve mínimo; aunque hay bastante gente que viene, caminando por Rangún se puede ver a 4 o 5 extranjeros al día fuera de los famosos lugares turísticos. Hay niños que venden postales, pero éstos son muy agradables y les encanta charlar un rato y practicar su inglés. Nos sorprendió mucho la sinceridad de un joven chico que nos dijo que compraba las postales en la oficina de correos por 800 Kyat y las vendía por 2.000 Kyat, sacándose así más del doble… si fuese en India nos habría dicho que las compra por 1.900 Kyat para venderlas por 2.000…

Como a Rangún debemos regresar pasamos tan sólo un par de días en la ciudad, aprovechando simplemente para caminar, hablar con la gente, disfrutar del ambiente… pasamos por el corazón de Rangún, Sule Paya, una Pagoda dorada de 2.000 años de antigüedad que hace de “rotonda” gigante para el tráfico. Bajo la pagoda todo está lleno de pequeñas tiendas de reparación de objetos; en la pagoda en sí entramos sólo un momento porque ahora el gobierno ha puesto una tarifa de 2 dólares para los extranjeros; de todas formas lo mejor de Sule Paya esta en todo su entorno y ambiente.



Caminando al lago Kandawgyi, pasamos por la zona de cines y nos sorprendió mucho que la mayoría de las películas que emiten sean de Bollywood, con las clásicas imágenes de dioses hindús.



Si hay un lugar en Rangún que merezca gastarse unos dólares es Shwedagon Paya, la pagoda más importante del país, el lugar que todo birmano desea visitar alguna vez en su vida. A los extranjeros nos cobran 5US$, pero bueno, una vez dentro el precio queda relegado por la gran espiritualidad que posee Shwedagon Paya.

La pagoda está situada en una colina y se accede a través de cuatro puertas con escalinatas en cada punto cardinal.



La stupa central es totalmente dorada con cuatro salas de oración igualmente en cada punto cardinal, y junto a estas salas se hayan unas figuras que corresponden a cada día de la semana para que acudan a ellas las personas que nacieron en ese día.



La cumbre de la stupa se supone que está recubierta de diamantes y piedras preciosas de un gran valor; pero, por lo que se escucha aquí, hace algún tiempo el gobierno mandó construir andamios hasta la cumbre con motivo de limpieza, pero por lo visto lo limpiaron en exceso…

En todos los alrededores de la stupa central hay salas de oración y pequeños templos con budas reclinados; un gran buda al que abanican mientras oran frente a él; una vieja campana que los británicos quisieron llevar pero se les cayó al mar, recuperándola más tarde los birmanos de nuevo… en fin, hay un montón de recovecos y lugares para pasar horas y horas investigando.



Durante el atardecer nos encontramos con Aung que estaba con Kevin, un canadiense de Couchsurfing, y además Aung vino con su hija Ei Thu. Al atardecer la stupa cambia de color y parece oro puro, después con todas las luces y los fieles rezando y dando vueltas se transforma en un lugar mágico de verdad.