Ashkan de HC nos fue a recoger a la estación y nos invitó a un buen desayuno; luego hicimos tiempo hasta que regresó él del trabajo con su mujer, Irán. Son una pareja encantadora y tienen montón de planes para nosotros, sin importar cuánto lejos nos tengan que llevar o cuánto tiempo.
Este mismo día que llegamos fuimos los cuatro en coche a Shushtar; Ashkan nos explicó el sistema para repostar combustible:
Cada coche tiene una tarjeta con un límite de 80 litros mensuales, esos 80 litros se pagan a unos 0,06€ el litro. Cuando ese límite termina, el litro lo han de pagar a unos 0,24€; total que de todas formas una autentica ganga… Esto es la gasolina, el litro de diesel cuesta… ATENCION!, 1 céntimo de euro el litro…
En Shushtar hay una interesante construcción, los molinos de agua de Sika, utilizados para moler trigo y hacer harina; posteriormente también se usaron para crear energía eléctrica, y como fábrica de hielo.
La antigüedad del lugar data de 2.000 años atrás, aquí al contrario que en los tiempos de Ciro y Darío I; se utilizaron esclavos griegos en su construcción.
El sistema consiste en una presa de donde llega agua del río que fue desviado para éste fin; una serie de canales internos verticales hacen que el agua baje a mucha velocidad accionando unas turbinas de madera, que a su vez hacían girar una gran piedra que molía el trigo.
Otros lugares que visitamos fueron el castillo de Salaasel y la bifurcación artificial del río que llega a los molinos.
Regresando a Ahvaz nos esperaba una gran sorpresa; Ashkan es miembro de una organización sobre turismo y nos llevó a dar una charla; creímos que sería algo entre amigos, pero no, era un gran mitin donde hablamos delante de unas 50 personas sobre nuestro viaje; después nos invitaron a un “lunch” y todos se hicieron fotos con nosotros, nos dieron regalos…
Salimos de la llanura de Khouzestan se encuentra la gran cordillera de los montes Zagros, con picos que superan los 4.500 metros de altitud. Ashkan e Irán junto a Ehsan, nos llevaron hasta las estribaciones de los Zagros, a un pequeño pueblo llamado Izeh.
Aquí descubrimos los restos arqueológicos de las primeras civilizaciones en Persia; los Elamitas, (2.000 años a.c.)
El guardián del lugar nos explicó cada detalle de los antiguos restos; éste hombre nació en la misma casa en la que vive actualmente, una humilde casa de piedra que se ve en la foto.
Los cementerios son otra cosa que merece la pena una parada; relacionados con ritos paganos, las tumbas de las mujeres son ovaladas y los hombres rectangulares, pero las más interesantes son unas de 200 años de antigüedad donde en vez de una lápida se colocaba un león de piedra, en el caso de la muerte de alguien importante en el pueblo.
Para culminar el día tan bueno, nos llevaron a un pequeño pueblo en las montañas llamado Malaga; allí nos prepararon una barbacoa y descansamos en unas “camas” metálicas situadas sobre el río.
Ashkan e Irán planearon llevarnos a Shush, pero su trabajo se complicó y nos compraron un billete de tren; la gente en Irán sigue dándolo todo por nosotros…
Y en Shush ya nos estaba esperando Sadee de CS; donde tendríamos nuevas experiencias ya que él y toda su familia son árabes.
Todo éste área está habitado en su mayoría por árabes que parecen vivir en un lugar equivocado pues se sienten incómodos de estar en Iran. De todas formas el trato que nos dieron fue de reyes; nos dejaron un apartamento para nosotros y para colmo, Sadee llamó a un fontanero para que nos colocase una ducha.
Él mismo nos enseñó toda la ciudad, el castillo; el museo con restos de la era Elamita y del imperio persa; el antiguo palacio de Darío I del que no queda nada; y quizá lo más llamativo fue la tumba del profeta Danial, un judío que vivió aquí antes que el cristianismo.
Saliendo de la ciudad está el Zigurat, también de la época elamita, un templo para la oración en forma piramidal y construido en una colina; con canales subterráneos que comunican con otros lugares.
A parte de todo esto Sadee nos llevó a comer y cenar con su familia y amigos, en Shush y en las villas de alrededor. La gente es demasiado, en Irán siempre nos han dado de comer mucho pero aquí ha sido el colmo, pues era comida y comida continuamente…
Y más comida……
Y mucho más……
La familia de Sadee no quería dejar marcharnos, los árabes suelen ser bastante conservadores pero aquí a última hora, alguna chica incluso pasaba de taparse el pelo cuando estábamos nosotros. Nos dieron regalos; un portafotos, colonia, ropa interior, un vestido, tres colgantes, una pulsera, una camisa, un bolso…
Y para colmo de todo, Sadee compró nuestro billete para el siguiente destino, Hamadan.
No se marcharon hasta que nos vieron ir en el bus; y de nuevo pasamos la noche en él, llegando por la mañana pronto a Hamadan.
Aquí nos esperaba un gran encuentro que veníamos planeando hace meses. Los que sigan el viaje al menos desde Egipto, recordaran una pareja, Jan y Alex (España y Rumania); cuando los encontramos venían de un año viajando en caravana por África, aparte de más tiempo por Europa. Desde entonces seguimos en contacto, y aunque fuimos en caminos opuestos, ellos entraron desde Turquía a Irán hace muy poco; hablamos de encontrarnos y ese mismo día aparecieron en Hamadan.
Parecía como si habríamos tenido amistad de toda la vida, contándonos nuestras aventuras de los últimos meses, dándonos ideas, consejos; y no paramos de hablar de todo esto que tenemos en común, que es, viajar y conocer.
Pasamos así un par de días visitando alguna cosa en la ciudad, aunque no era un lugar con grandes atractivos encontramos nuestra manera de pasar el tiempo.
Al sitio más bonito nos llevaron Jan y Alex en la caravana; un alto desde donde se veía toda la ciudad, un lugar de reunión para las familias iraníes.
En el Mausoleo de Ester va Mordekhay un hombre nos explicó la importancia de éste lugar para los judíos; nos habló de la primera emigración judía a Persia en el siglo V; siendo ahora el centro más importante de peregrinación judía en Irán.
Terminamos los días por aquí un poco tranquilos, paseando por el movido bazar de frutas y alfombras persas.
Esta pasada noche, la última en el hotel de Hamadan, hemos tenido un percance que pudo haber sido muy serio, afortunadamente estamos intactos. Algo que nunca creimos podía pasar, pasó.
El ventilador del techo hacía bastante ruido y mientras dormiamos se rompió y cayó; suerte no salió disparado volando, se quedó encajado entre las dos camas. Ahora el susto fue tremendo...
que pasada!!!!! ansisoso estoy ya para vuestra próxima crónica!!!
ResponderEliminarUn saludo,kituz*
¡pero que suerte con el ventilador!
ResponderEliminaresas camas metalicas parecen incómodas.
Como cambia la cosa de la tele a lo que es en realidad.
saludos seguir asi!!!
vir
Nos alegramos mucho de que esteis bien, y de que vuestras hazañas acaben con exito...espero que todo vuestro viaje este cargado de buenos momentos...no sabia que te conocia (Maria) hasta que he visto vuestras fotos del viaje, pero ya me lo habia comentado Pedro (Compostizo) que Sua le conoce...
ResponderEliminarUn besote y a seguir asi de bien.
Sara (una compañera de clase hace años)