Indonesia se asienta en el llamado “Cinturón de Fuego del Pacifico”, lugar de unión de varias placas tectónicas, que sube por Filipinas, Japón, Alaska y baja por toda la costa este del continente americano. Este Cinturón de Fuego es el culpable del 90% de los terremotos del mundo y de las erupciones volcánicas más salvajes de la historia.
Concretamente Java tiene un origen volcánico y de los numerosos volcanes que se hayan en sus tierras, 45 de ellos están activos, sin contar otros cráteres menores como los que ya vimos en el Altiplano de Dieng.
Yogyakarta se encuentra muy cerca del Volcán Merapi, uno de los volcanes más peligrosos y destructivos de los últimos tiempos; se cree que fue el culpable del abandono de Borobodur y del fin del imperio Mataram. Quizá este volcán tuvo también mucha importancia en la construcción de templos, pues tanto Borobodur como Prambanan y las decenas de pequeños templos esparcidos por el área están construidos siempre orientados perpendicularmente al cono del Merapi.
Ahora que está tranquilo, nos acercamos a la villa de Kaliurang asentada en los pies del Merapi obviamente con la idea de ver el volcán en su plenitud, pero desafortunadamente el tiempo está muy raro ya que no para de llover cada día en la época seca…
El día que fuimos a Kaliurang lo pasamos en la guesthouse resguardados de la lluvia y escuchando las devastadoras historias del Merapi; al parecer la peor de todas de los últimos años fue en 1.994 cuando la lava del Merapi, fluyendo a una velocidad de entre 50 y 100km/h., saltó sobre las colinas que “protegen” Kaliurang y devastó plantaciones, casas y la vida de 60 habitantes.
En la guesthouse organizan “lava-tour” para ver fluir la lava del volcán cuando éste la expulsa. Desafortunadamente para nosotros no hay lava en estos días.
A la mañana siguiente nos levantamos a las 5:00am y haciendo una caminata de 2km vimos el cónico volcán alzándose hasta sus 2.911 metros de altitud y con la continua columna de humo saliendo de su cráter.
Aunque no queríamos coger más buses por agencia, ésta vez lo volvimos a hacer; pero en ésta ocasión fue un acierto ya que al lugar que nos dirigimos requiere tantos transbordos que si seríamos capaces de llegar en el día, la “mafia de autobuses” que van a Cemoro Lawang desde Probolingo, se encargaría de encarecernos tanto el precio del último bus que habría sido un esfuerzo inútil.
Por eso pagamos 140.000 Rupiah (12€) por un bus con más turistas y fuimos directos en 12 horas de trayecto. A mitad de camino el bus se detuvo en un restaurante donde paran todos los vehículos de turistas, en él había un montón de extranjeros; ojeamos el menú con precios entre 3 y 4 Euros por plato; cruzamos la calle y justo enfrente una mujer nos preparó unos noodle por medio euro.
Cemoro Lawang es un pueblo situado a unos 2.000 metros de altitud en el mismo labio de la caldera de Tengger; es el pueblo más próximo al volcán Bromo y de donde parten las marchas para bonitas vistas del entorno.
Tuvimos problemas para alojarnos, al día siguiente comenzaba el Eid, los tres días festivos que siguen al fin del Ramadán, y casi todo estaba lleno o sólo quedaban disponibles habitaciones por más de 30€. Finalmente y regateando mucho nos alojamos en una guesthouse de dudosa legalidad por 80.000 Rupiah (7€), bastante caro para ser un minúsculo cuarto lleno de polvo y con un baño afuera de agua fría que ha 2.000 metros de altitud hacía daño…
Aunque habíamos llegado de noche, a la mañana siguiente nos levantamos a las 3:00am. y caminamos monte arriba por un sendero hasta la cumbre del Penanjakan (2.270 metros) desde donde hay buenas vistas de la Caldera Tengger. Poco antes de llegar, vimos en la carretera aparcados docenas y docenas de jeep, y al llegar a la cumbre fue un tanto decepcionante pues el mirador estaba ocupado por unas 300 personas sin posibilidad de acercarse a ver algo.
Ya amanecía y rápido buscamos otras soluciones, encontrando un buen mirador donde no había gente y allí nos quedamos.
Es un poco triste que todos los turistas que vienen en los tour organizados (jeep) no vieron absolutamente nada, tienen un programa tan ajustado que tienen que continuar muy rápido, yéndose cuando aún todo está nublado y no se ve absolutamente nada.
Aunque tampoco tuvimos un día espectacular, más tarde cuando sólo quedábamos nosotros y otra pareja de catalanes, las nubes bajaron dejándose ver el enorme cráter de Tengger de unos 10km de diámetro y dentro de él, el famoso Bromo (2.392), el Batok (2.440) y el Kursi (2.581); poco más allá entre el denso humo que expulsa el Bromo, pudimos ver el Semeru (3.676), la cumbre más alta de Java, un volcán que está activo de continuo desde 1.963.
Pasamos tres días en Cemoro Lawang, explorando el área; el primer día estuvo lloviendo y las nubes se posaron en Tengger impidiéndonos la vista de los volcanes. El segundo día fue el más afortunado con una mañana soleada; bajamos al cráter de Tengger donde se extiende una gran planicie seca, en ocasiones arenosa y en el centro está el volcán Batok con la forma perfecta de un “flan”; y junto a él, el Bromo de menor altura pero muy extenso debido a la reseca lava expulsada durante los años.
La última erupción menor del Bromo fue en 2004; actualmente tiene una fumarola densa y continua saliendo de su cráter; debido a su pequeña altura es muy fácil subir hasta el mismo labio del cráter donde se puede ver salir el humo; bonito, pero el olor es insoportable.
Al ser Bromo considerado sagrado para algunos hinduistas, en la cumbre venden ramos de flores que los fieles compran para lanzarlos al cráter; cuando éstos se van, el vendedor manda a un chico bajar dentro del cráter para recuperarlos y revenderlos.
A media mañana la suerte climática termina, viéndose aparecer las nubes en Cemoro Lawang, que se deslizan abajo al cráter cubriendo todo rápidamente con una espesa niebla.
El último día Tengger nos ofreció una vista diferente y muy interesante pues el gigante cráter quedó cubierto por un mar de nueves viéndose los volcanes sobresalir por encima de ellas.
Nos marchamos de Cemoro Lawang bastante indignados con la gente local; han montado una “mafia” para que el extranjero no pueda coger el transporte público que vale unos 7.000 Rupiah hasta Probolingo; nosotros intentamos parar alguno de esos buses pero no nos quieren llevar; como no queríamos aceptarlo intentamos hacer autostop y hablar con la gente que bajaba en coche pero muchos tampoco nos quieren llevar. Al final tuvimos que tragar con ello y pagar el bus que sólo parte cuando se llena de extranjeros y que cuesta casi cuatro veces más que el bus normal.
En Probolingo tomamos otro bus hasta Bondowoso donde descansamos un par de días, en un hotel barato y hasta con desayuno incluido (65.000 rupiah).
En el extremo este de Java se encuentra el Altiplano de Ijen, otro conjunto de varios volcanes de relativa actividad. El acceso es aún más complejo si se quiere hacer barato.
Desde Bondowoso tomamos un bus a Sempol, antes preguntando a escondidas a los pasajeros por el precio y así pagar lo que es. Desde Sempol lo único que hay son “ojek” (moto-taxi) así que fuimos caminando 10km a Paltuding, de los que 5km tuvimos la suerte que nos levó un chico en moto gratis, a los dos y con las mochilas grandes; el camino es interesante, esta todo lleno de plantaciones de café.
Paltuding es el punto más alto de la carretera, hay unos pocos restaurantes y la casa del guarda que vende los ticket para subir a Ijen. La única opción de alojamiento fue un sucio cuarto sin baño por 100.000 rupiah; además de ser excesivo, luego nos dimos cuenta que el cuarto que nos ofrecía, era el mismo donde duerme el guarda. No lo aceptamos.
Fuimos a comer a un restaurante enfrente y hablando con el hombre éste nos dijo que montáramos la tienda de campaña allí enfrente, mientras comiéramos en su bar, él no nos cobraba nada. Al tener nuestra tienda de campaña recién adquirida en Jakarta con vistas para nuestro viaje en Australia, aceptamos sin dudar; salió barato pero a 2.000 metros de altitud, la temperatura cayó a unos 5 grados, al no estar preparados, pasamos mucho, mucho frio…
Otra vez más nos levantamos a las 3am para iniciar la ascensión a Ijen de noche y llegar a la cumbre con el amanecer donde las vistas fueron realmente impresionantes.
Desde el borde del cráter del volcán de Ijen (2.368 metros) vemos la costa nordeste de Java, así como el volcán más alto de la zona, el Raung (3.332) y el Merapi (2.800); es ya el tercer Merapi que vemos en Indonesia, al final preguntando nos dijeron que “Merapi” significa “montaña de fuego”. Tanto el Ijen como el Raung han tenido erupciones en la última década.
El Ijen es uno de los volcanes más espectaculares que hemos visto, no es debido a su forma pues casi no se le puede distinguir de lejos como la imagen que tenemos de un volcán, pero su enorme cráter contiene un lago color turquesa muy bonito y además tiene la peculiaridad que dentro de él se halla una mina de sulfuro, quizá la única en el mundo donde los mineros lo extraen y transportan a mano muy rudimentariamente.
Este sulfuro sale liquido y se solidifica en unos 10 minutos al contacto con el aire, tiene un color amarillo muy intenso, los mineros lo rompen y lo transportan desde abajo del cráter arriba, luego bajando los tres kilómetros hasta la carretera; lo llevan en canastas cargando hasta 100kg cada uno.
Su salario, aunque es muy bajo, puede superar en cuatro veces el de un campesino, (más o menos les pagan a 0,05€ por kilo de sulfuro); la cara mala de este trabajo es la poca esperanza de vida de estas personas que al respirar el dañino humo sulfuroso no suelen superar los 40 años. Aunque bajé al cráter con un pañuelo para hacer de filtro mientras respiraba, cuando el viento soplaba en contra y la nube me cubría, no puede evitar inhalar el humo que me dejó medio día tosiendo. Tan sólo uno o dos de los trabajadores usan mascaras, el resto respira éste veneno de forma continua. El sulfuro extraído se utiliza principalmente para cosméticos, blanquecimiento de azúcar, fosforo y se exporta para la fabricación de pólvora.
Desde Paltuding hay un descenso de 30km hasta la última ciudad de Java, Banyuwangi; pero no existe transporte; tenemos consciencia que a mitad de camino, a 17km, hay un pueblo llamado Jambu donde podría haber transporte público. Las motos desde Paltuding se aprovechan de la situación para cobrarnos barbaridades, precios que se pagan en Europa por ir en taxi privado. Ante sus atónitas miradas nos fuimos andando con poca esperanza de encontrar un alma caritativa que nos lleve a Jambu en su camino. Pero nos equivocamos, al kilómetro de caminar hicimos autostop a un jeep y éste ¡paró!; era un jeep privado con una pareja francesa mayor; aceptaron llevarnos a Jambu, pero no sólo eso, el conductor después se dirigía a Banyuwangi y nos dejó en la puerta del hotel más económico del pueblo, 4€ con desayuno incluido.
Después de luchar con tanta mafia en el transporte indonesio, y de sólo encontrar gente que nos quiera vender algo, llegar a Banyuwangi fue toda una bendición. Al ser un lugar no muy pisado por el extranjero, la gente en la calle se mostró muy simpática saludándonos y llamándonos para hablar un rato. Nos acercamos a la orilla del mar desde donde vimos el estrecho de mar que separa Java de la isla a donde nos dirigimos, Bali.
Hola, me encanta leer vuestro blog, algún día me gustaría hacer un viaje parecido (primero toca ahorrar). Después de esta experiencia, creéis que seréis capaces algún día de volver a una vida "normal"? Quietos en un sitio, 8 horas en una oficina...
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