17 mayo 2008

CALOR... CALOR......

San’a se encuentra a 2.200 metros sobre el nivel del mar; la latitud la sitúa bajo la línea del trópico, teniendo una temperatura excelente al igual que toda la zona montañosa del país; pero saliendo de ahí hacia la costa, la cosa cambia considerablemente.
Desde el taxi que nos llevaba a Al-Hudaydah comenzamos a ver dunas de arena y todo llano sin montañas; y al salir del mismo, al llegar a la ciudad, una ola de fuego cayó sobre nosotros.
Buscar un hotel donde dormir con las mochilas en la espalda fue bastante duro, y más teniendo en cuenta que me estaba recuperando de una fuerte gastroenteritis sufrida días atrás que me dejó bastante tocado.
La opción hotelera en Al-Hudaydah no es muy amplia, esto hace que los pocos hoteles que hay se suban a la parra con los precios, y no encontramos nada por menos de 2.000 rial y encima con cucarachas.
Básicamente Al-Hudaydah nos sirvió como relax y recuperación, tanto por mis problemas estomacales como por el portátil que lo tuvimos que formatear y poner a punto de nuevo.
La ciudad no tiene ningún atractivo a pesar de estar situada a orillas del mar Rojo; y con el calor que hace que supera los 40 grados, la cosa es peor; nos estamos haciendo a un horario diferente, sólo se puede salir del hotel por la mañana hasta las 11:00, y por la tarde a partir de las 4:00; el resto del tiempo es imposible caminar, los chorros de sudor impiden la visión, y no se puede parar ni para hacer una foto porque te achicharras vivo.

Siempre escuchamos sobre Yemen el gran problema que hay con las armas; las estadísticas dicen que hay 4 kaslasnikov por habitante, según ellos no es por protección ni para usarlo, es un símbolo más de “hombría”, de “poder”. En los pueblos hemos visto a gente con ellos colgados al hombro, pero ya no es habitual, el gobierno está intentando quitar ésta tradición y por ejemplo en las ciudades grandes está prohibido llevarlo, viéndose señales como ésta de advertencia.




Atravesando desierto hacia el sur nos detenemos en Zabid, una ciudad protegida por la UNESCO, lugar de los primeros centros de enseñanza, donde se enseñaba a chicos y chicas a leer y escribir a través del Corán.
Aquí de nuevo una intensa búsqueda de alojamiento bajo el fuerte calor; y el problema es que al ser turístico, existe un hotel donde nos lleva todo el mundo, que está hecho de madera y paja, sin baño y con camas de madera de un metro de altura, con un ambiente muy de la época por el módico precio de 10€. Nosotros nos fuimos fuera del centro a un hotel muy curioso como los de siempre con aire acondicionado, nevera… por la mitad de precio.
Respetando nuestro horario de “salidas”, éste primer día sólo fue de reconocimiento, con muy buenas impresiones pues la gente es de lo más agradable, se puede decir que un poco pesados pidiendo fotos, pero nos encanta que sean pesados en ese sentido. Muy sorprendente fue una chica completamente de negro que nos pidió una foto, cuando lo normal es que se exalten al ver una cámara que las apunta.


Zabid es un laberinto de callejuelas rodeado de una muralla con varias puertas, dentro se halla la Citadel, y dentro de la misma el palacio de Nasr, y la mezquita de Iskandar construida durante la primera ocupación Otomana.


Ni con mapa es posible seguir un orden en ésta ciudad, uno se pierde con seguridad cada vez que se entra; pero es trasladarse a otra época como siempre en Yemen entre los edificios de barro, pintados de blanco, los palacios que dejó la era Otomana…y siempre los puestos de comestibles o tiendas insólitas de reparación de aparatos.


Para salir anduvimos buscando un taxi para Ta’izz, pensando tomar otro en ésta ciudad para Aden, pero estamos cerca de un pueblo llamado Haiz, y la gente nos entendía que queríamos ir a Haiz, dado que al pronunciarlo nosotros no hacemos casi diferencia alguna, aunque para ellos es totalmente diferente…
Total que no fuimos ni a uno ni a otro, un coche nos acercó a un pequeño pueblo donde está como la “estación de taxis” y descubrimos que había uno directo a Aden, así que en ese nos fuimos. Esperamos alrededor de una hora hasta que se llenase; se hizo desear mucho porque cuando quedaba un hueco y lo ocupó un hombre, no le gustó el precio y se nos marchó él, y otro más; pero bueno al final se llenó de todas formas y marchamos para Aden en uno de los viejos taxis Peugeot.


Por suerte en el camino atravesamos Ta’izz, la ciudad donde tuvimos nuestras primeras sensaciones en el país, y que se encuentra a la altitud suficiente como para darnos un gran respiro con la temperatura. Aunque por poco tiempo, pues de nuevo bajamos a una llanura, dunas de arena…y calor…

Durante todo el viaje nos organizamos bastante bien en temas climáticos; en Jordania un poco de frio, en Rumanía y Sudán unos días de calor, pero ahora el verano nos está cayendo encima en el sur de la península arábiga, y nos estamos abrasando con temperaturas extremas. En una ocasión en el hotel de Aden se fue la electricidad y casi morimos al apagarse el ventilador del techo.
Por otra parte estamos sufriendo una pequeña crisis alimenticia, echando de menos multitud de productos culinarios de nuestra tierruca, ya son 14 meses fuera de casa, y un queso, una barra de chorizo o salchichón, JAMON SERRANO… o cosas tan sencillas a las que no se dan importancia como una ensaladilla, un cocido montañés, unos filetes de lomo, una paella, croquetas…ahora adquieren gran importancia… y en fin…vamos a dejarlo así que nos ponemos malos…

Aden es un lugar muy peculiar, lo que primero sorprende de esta grande y extensa ciudad es que el centro más importante llamado Crater, está construido en el cráter de un extinto volcán. Todo alrededor del centro se alzan montañas de lava ya petrificada haciendo extrañas formas en la roca, y así en toda la larga península donde se asienta la ciudad.


Aden es la capital administrativa del país, el puerto marino más importante, y el más importante del mar Arábigo antes de la creación del puerto de Djibouti. Tiene también muchas construcciones colonialistas inglesas, ya que ocuparon éste puerto durante algunos años.
Aden se encontraba en plena guerra civil hace tan sólo 14 años, cuando el gobierno yemení impuso sus leyes definitivamente; así prohibiendo el alcohol y haciendo la diferencia de sexos que existe actualmente. Antes de eso Aden era una ciudad más liberal, y ahora aún se puede palpar un poco esa “libertad” en mujeres que llevan la cara descubierta, (sólo la cara, no el pelo), que se dirigen a hablarnos; y encontramos también personas que hablan inglés, algo realmente difícil en Yemen.
La ciudad es más cara de normal y el hotel más barato que encontramos fue por 2.000 rial; existen grandes superficies comerciales, la policía es más estricta, por ejemplo cuando llegamos en el taxi el chofer se puso corriendo el cinturón al ver un policía, cosa que no ocurría ni en la capital; en general se nota que hay mas clase.
No ocurre lo mismo con internet que aprovechamos a ponernos bien al día, porque el precio de la hora es baratísimo, 16 céntimos de euro por hora.

Subimos a unas de las montañas de la sólida lava, llamada la Torre del Silencio, desde donde vemos claramente el asentamiento de la ciudad en el cráter, así como el mar y la isla de Sira con el fuerte turco en la cumbre. Bajo nosotros están los tanques de Aden que vimos antes de subir; unas enormes cisternas de agua excavadas en la roca entre las montañas, ubicadas en unos bonitos jardines poco propios de un país como Yemen.


La ciudad es tan antigua que surgen leyendas como la de que Noé construyó aquí su arca, haciendo de Aden el primer puerto marítimo del mundo; o que las tumbas de Abel y Caín se encuentran entre las rocas de Ma’alla, (un barrio de la ciudad).

En At-Tawahi, el extremo occidental de la península, aproveché a darme un baño en aguas yemeníes, digo aproveché porque lógicamente una mujer está muy mal visto que se bañe, a no ser que sea vestida completamente, así que María se quedó con las ganas.

El día que dejamos la ciudad, vimos que se estaba preparando una boda en la calle de nuestro hotel, un evento que siempre es interesante ver. Los días anteriores a la boda es habitual poner un megáfono en la ventana de la casa de la novia con la música a tope para avisar a todo el mundo de la próxima celebración.

2 comentarios:

  1. ¿que tal estais chicos ? soy maria jose no se si lereis esto ,espero que lo lleveis bien muchos animos.¿por donde andais? recuerdos de jesus lopez. por cantabria como siempre. besos.

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  2. estuve en Aden en 1995, recorriendo gran parte de su itinerario.

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