08 septiembre 2009

BEIJING

Desde el momento en el que pisamos Beijing, se nota que carece de la clase que tiene Shanghai; sólo hay que mirar las calles, los edificios y ciertas actitudes de la gente. En general nos ha parecido una gente más fría, por no hablar de los taxistas; diría que en todas partes del mundo un taxista se muere de ganas por conseguir un cliente, (más siendo turista), los taxistas de aquí no parecen tener mucho interés en coger extranjeros, por lo que en muchas ocasiones nos ignoran, o al mostrarles la dirección escrita en chino mandarín, nos responden con un rotundo ¡NO!; quiero pensar que es por la dificultad del idioma lo que les echa para atrás, pero es algo sorprendente que aún sigan así después de haberse “abierto” al mundo con las Olimpiadas del 2008.

Beijing es el nombre oficial de la capital china, aunque en español se suele denominar como Pekín; según nos han comentado la primera es en chino mandarín, lengua oficial del país, Peking sería en cantonés; bueno lo importante es que Beijing significa capital del norte. Con poco más de la población de Shanghai, 16 millones de habitantes, sin duda la sobrepasa en historia; en Beijing falta tiempo para ver cosas.


Comenzamos con un buen paseo por los jardines del Templo del Cielo; un conjunto de varias estructuras simétricas donde antiguamente se daba culto al cielo y al sol, cosas bastante más lógicas que los dioses que existen hoy día.
En las 267 hectáreas paramos primero en la bonita sala de las Plegarias por las buenas cosechas, con la bóveda interior simbolizando el cielo; otras salas de alrededor tienen una especie de atriles que nos recuerdan mucho a los que suele haber en las mezquitas (aunque nada que ver por supuesto) Las tallas y dibujos de Dragones y Fénix son muy abundantes en las fachadas, barandillas de mármol…


En el centro del recinto esta el Muro del Eco; pero con estos sitios siempre tenemos muy mala suerte…al igual que nos pasó en India, los chinos también quieren probar a gritos la increíble acústica de este lugar donde se puede escuchar la voz de la otra persona en el otro extremo del muro circular a unos 30 metros de distancia.
En el centro está la Bóveda Imperial del Cielo, de similar estructura a la sala de las Plegarias.


Si en China toda cosa interesante está masificada de chinos turistas con altavoces y banderines, Beijing se lleva la palma; al final del complejo esta el Altar Circular; varios círculos concéntricos hacia arriba separados por barandillas de mármol, y en el último de ellos nueve círculos en el suelo creados con losetas; en el primer círculo hay nueve losetas y se va sumando otras nueve en cada redondel, hasta llegar a las 81 del último de ellos; el tema es que los números impares eran muy importantes, considerándose celestiales, y el máximo número es el 9; por eso todo son múltiplos del 9. De todas formas casi que sólo vimos chinos, pues estaba todo lleno de ellos, luchando para tratar de hacerse una foto subidos en la piedra central del Altar.


Por fin aquí en Beijing, tuvimos un encuentro que planeábamos desde hace más de un año; Isabel y su pareja Aitor, quienes son de muy cerca de donde vivimos y nos pusimos en contacto a través de amigos comunes. Ellos llevan casi un año viviendo en el complicado mundo de China, y hace poco se mudaron desde el sur a Tianjin, muy cerca de Beijing, así que se vinieron a pasar un día con nosotros. Aunque no nos conocíamos previamente, parecía que sí, pues conectamos rápido y no paramos de charlar en todo el día.
Inevitablemente salió el tema de cómo es la vida en China; a lo que ellos aseguran que no es nada fácil debido a la diferencia cultural con la gente.
Nuevamente es curiosa nuestra pequeña diferencia de opiniones respecto a actitud de los chinos, trafico, suciedad, gente que cuela en las colas… Estoy seguro que si venimos desde España lo veríamos como ellos, pero siempre se tiende a comparar con el lugar de donde se viene, y al ponerlo junto a cualquier país del subcontinente indio, China está bastante por encima en todos estos aspectos; excepto en el más importante respecto a nuestra forma de viajar, el trato de las personas; si tienes un problema nadie se va a molestar en ayudarte a no ser que hable inglés, y un chino que hable inglés es algo muy difícil de encontrar.

Isabel, que se defiende un poquillo con el chino nos organizó y regateó unos ciclorickshaw para un bonito recorrido en una parte de la ciudad que se ha ido destruyendo sin compasión durante los últimos años; los Hutong, que significa literalmente en chino “callejones”


Con los rickshaw nos adentramos en las estrechas calles mientras el chico que me llevaba a mi nos iba explicando y mostrando cosas como la Universidad donde estudió Mao, una casa en la que pasó un día… Según las puertas de las viviendas se sabe si la familia era rica pobre, jueces, generales; todo según unas piedras colocadas en la base de las mismas o unos pivotes que salen de la parte de arriba con caracteres chinos.


Después de comer fuimos al parque de Jiangshan, donde está la montaña del carbón; Isabel nos contaba que se llama así debido a que era el lugar donde se almacenó gran cantidad de carbón usado para calentar la Ciudad Prohibida (a los pies de la colina) y que a su vez, ésta colina hacía de protección para los fríos vientos que llegan del Gobi en invierno.
Abajo en el parque, como les gusta a los chinos, éstos muestran sus habilidades de canticos en coro, tocando el acordeón y otros instrumentos. En lo alto de la montaña del carbón se halla un templo budista y unas increíbles vistas de la Ciudad Prohibida.


Siempre tenía ganas en China de ver y probar comidas extrañas; cerca de donde nos alojamos hay un restaurante con carne de perro en el menú pero desgraciadamente no lo tienen disponible, además es un producto caro; el típico dicho ese de: -¡A ver si nos van a poner perro! es imposible por su alto coste; lo que si probamos en el restaurante fue una cazuela con carne de rana, la cual tenía un cierto sabor a pescado blanco, realmente sabrosa…

Para terminar el día con Isabel y Aitor fuimos a ver el mercado nocturno y otros puestos de comida de los alrededores, sin duda otro importante punto que quería ver… En estos puestos las brochetas de carne o calamares no son las protagonistas; lo realmente llamativo son las brochetas de escorpiones, alacranes, estrellitas y caballitos de mar, gusanos de seda y otros tipos, chicharras, cien pies gigantes, saltamontes, salamanquesas…


Yo estaba muy ilusionado por probar cosas de estas, lo que no esperaba es que todos se animasen, lo cual fue genial para así comparar sabores… Nos decantamos por la brocheta de escorpiones los cuales están vivos en los expositores antes de ser cocinados; sabe más bien a frito, sin mucho sabor realmente.
De segundo pedimos la brocheta de saltamontes, de nuevo sabor a frito; personalmente si me tengo que quedar con uno, elijo el escorpión.


No pudimos resistir el volver para así probar otras cosas como la salamanquesa que sabe sólo a frito; sin duda lo mejor fue una brocheta de gusanos verdes y gordos, los cuales curiosamente saben a mantequilla…


El mercado nocturno consiste en una larga calle de puestos de comida, donde se pueden encontrar las cosas anteriormente citadas, aparte de otras suculentas comidas como grillos fritos, estómagos de vaca, riñones de cabra, corazones; brocheta de pene de carnero, penes de gallo, testículos de otros animales, erizos de mar, tiburones, serpientes y una infinidad de cosas.
El dicho esta demostrado: “Los chinos comen todo lo que tiene cuatro patas menos las mesas, todo lo que vuela menos los aviones y todo lo que flota menos los barcos”


En Beijing hay infinidad de templos interesantes; budistas, taoístas, confucianos… Nosotros visitamos el que dicen es el templo budista más importante en China, fuera del Tíbet; el templo de los Lamas; donde los modernos lamas regalan un CD-ROM con la entrada.

No fue un día muy bueno para visitas pues nos cogió la lluvia; pero lo suficiente como para apreciar el espiritual lugar lleno de fieles. La estructura sigue la habitual de sucesión de templos uno tras otro mas los que hay en los lados; lo más impresionante fue el Buda del último templo construido con madera de sándalo, de 17 metros de altura.


En una calle cercana se halla un importante templo dedicado al sabio Confucio; aquí hay unas extrañas tiendas donde personajes con pintas de “Confucio” y no muy amables te dan los orígenes de tu nombre y algún tipo de charla…


Confucio fue una persona que dejó una gran influencia en la vida china; en el templo que visitamos explicaba muy bien su vida y enseñanzas donde destaca la importancia que este hombre da al conjunto de la familia, al respeto, la paz, la armonía… Y la importancia a la propia persona por encima de dioses creados por el hombre.
El templo que está dedicado a él contiene extrañas cosas como un carnero y un cerdo blancos mirando hacia unos altares; pero lo que más abundan son instrumentos musicales chinos muy bonitos y diferentes.
Multitud de piedras se hallan verticalmente en un patio con escrituras de sus enseñanzas; y otros pequeños templos con grandes figuras de Dragones-Tortuga que también contienen piedras de escritos.


En Beijing dedicamos algún día a hacer compras, mis padres ya regresan a España y no sólo ellos quieren llevarse cosas, ahora es cuando podemos aprovechar a comprarnos algún recuerdo nosotros.
Hay varios centros donde se vende todo tipo de souvenirs chinos; creo que ya lo dije pero lo repito, es increíble el regateo en China; es muy intenso, hay que bajar muchísimo, nosotros que tenemos practica de India, solemos dejar los precios en una quinta parte de lo que nos piden, aunque a veces se puede bajar hasta una décima parte el precio inicial. Las vendedoras chinas te dicen cosas agradables para mantenerte contento y tratar de engancharte, luego se vuelven muy duras, se enfadan, te gritan, te agarran…
Aparte de estos centros, en los subterráneos se puede encontrar todo tipo de falsificaciones a buen precio pero de muy mala calidad.

Yo creo que si se viene a Beijing, o China en general, uno no debe perder la oportunidad de ver un espectáculo de acróbatas, posiblemente los chinos sean de los mejores del mundo en esto. Los protagonistas eran muy jóvenes, algunos unos críos, pero lo que hacían no tiene palabras.
El espectáculo consistió en diferentes partes; las primeras fueron unas chicas moviendo platos con unas varillas al tiempo que giraban en el suelo, doblándose como si fueran de plástico; los chicos hicieron actuaciones muy bonitas y graciosas, más bien de saltos, piruetas, subir por barras o un bonito show con sombreros.
Una de las chicas era una gran contorsionista, ésta se colocó en pies, manos, frente y boca unas bandejas de dos alturas con 6 vasos llenos de liquido en cada altura; con todo ello se movió de una manera que parecía imposible lo que estábamos viendo.
Una muy buena fueron unas chicas en bicis de una rueda quienes tenían unos cazos en la cabeza y éstas lanzaban hasta tres cazos con el pie y se lo colocaban en la cabeza, también se lo lanzaban entre ellas hacia adelante y hacia atrás…difícil de explicar, muy impresionante…


En las afueras de Beijing esta el Palacio de Verano, ellugar de recreo de los emperadores; esta área está dominada por el bonito Lago Kunming que posee palacios, templos y otras maravillas en su alrededor. Un pasillo de madera con pinturas va junto a la orilla del lago pasando por todos estos lugares hasta llegar a un curioso barco de mármol.


En el centro de Beijing se halla uno de los lugares mas característicos; La Ciudad Prohibida, lugar de residencia de 24 emperadores durante las dinastías Ming y Qing; su nombre es debido a que ha sido un lugar vetado durante 500 años; en ese tiempo sólo el emperador, sus concubinas (miles en ocasiones), sus más allegados compañeros y los eunucos (castrados) podían entrar en este lugar.
Entrando desde el sur, primeramente encontramos la Puerta de la Paz Celestial, que ahora posee un enorme retrato del dictador Mao Zedong, fundador de la República Popular. La seguridad aquí es algo tremendo, militares uniformados firmes, policías secretas…


Accedemos al recinto a través de la Puerta del mediodía, que da a un enorme patio atravesado por un canal con varios puentes de mármol, accediendo a la Puerta de la Armonía Suprema, el conjunto de todo es de una arquitectura tradicional china excepcionalmente bien conservada.


En el centro de todo, la gran Sala del mismo nombre que la puerta, se encontraba rodeada de chinos haciendo fotografías, así que apenas pudimos ver el gran trono del Dragón, donde los emperadores imponían sus leyes.
A ésta sala la sucede la de la Armonía intermedia donde el emperador preparaba los discursos y la de la Armonía preservada, a la cual se accede por un pasillo de 250 toneladas de mármol blanco con maravillosas tallas de Dragones.


Todo esto es simplemente el centro de todo el complejo, a ambos lados hay multitud de salas con exposiciones como la de los relojes, donde se exhibe una enorme colección de relojes traídos de diferentes partes del mundo, muchos de ellos profundamente decorados e ingeniosos.


Siguiendo por el pasillo de mármol accedemos al Palacio de la Pureza Celestial, y otras mas salas de similar estructura a las anteriores hasta llegar al el final, los jardines imperiales.

Frente a la Ciudad Prohibida está la plaza más grande del mundo; a ojo supera a la de Isfahán (Irán) sólo en anchura; pero irónicamente ésta última supera con creces a Tianamen en libertad, y por supuesto en belleza.

Para acceder a una parte de la Plaza de Tianamen se ha de pasar un control de rayos X; donde todo está controlado con cámaras de video que nos observan todos los movimientos. Allí se halla el monumento a los héroes del pueblo, rodeado de banderas chinas; y seguido el Mausoleo de Mao Zedong donde se encuentra su cuerpo embalsamado para exhibirlo al público en determinadas horas y con una seguridad que supera lo imaginable.


Una visita que no podía faltar en China y en nuestro viaje, es la Gran Muralla China; esperábamos bastante menos de la grandeza y poder que tiene.
La Gran Muralla China se unificó hace unos 2.000 años durante la dinastía Qin; con la dinastía Han fue cuando más larga fue, superando los 10.000km; el paso de los años la deterioró y la dinastía Ming tomó la reconstrucción para dejarla en algo más de 9.000km; actualmente quedan 8.800km que se extienden desde algo más allá al este de Beijing, pasando por Mongolia Interior, hasta cerca de Xinjiang, en los alrededores de Dunhuang, donde estuvimos hace unas cuantas semanas.
El motivo de la Muralla fue principalmente protección contra enemigos y medio de transporte para comunicar los diferentes estados chinos.

Nuestra marcha por la Gran Muralla comenzó en la frontera con la provincia de Hebei, en un trozo de Muralla llamado Jingshanlin; desde donde nos dejó el bus tomamos la decisión de subir caminando en lugar de tomar el teleférico como la mayoría de gente; fue un gran acierto porque de esta manera caminamos dos kilómetros más que el resto de personas, en los que no había nadie; después de viajar en China jamás pensé que podríamos caminar solos por la Gran Muralla, sin ningún otro sonido que no fuese el goteo de la intermitente lluvia, maravilloso…


La muralla es ancha, se camina fácilmente menos algún tramo que afortunadamente esta sin restaurar, otro punto a favor, la Muralla está prácticamente tal cual. En todo momento se ve la gran pared con las atalayas perderse en el horizonte zigzagueando por las crestas de las montañas.

Tras un buen rato de caminata, entramos en la muralla llamada Simatai, mientras el tiempo va mejorando progresivamente hasta dejarnos un esplendido día.


Después de 12km de caminata por la Gran Muralla descendemos en una tirolina hasta abajo donde nos espera mi padre, Jose, que no pudo acompañarnos por el accidente ocurrido en Shanghai donde re rompió la costilla; aún así tuvo la fuerza de darse una vuelta él solo hasta la Gran Muralla China.


Llegó la hora del regreso de mis padres a España, y como cena de despedida elegimos el mismo lugar que la última vez, un Hard Rock Café. Pasamos una noche inolvidable, comimos, pero sobre todo bebimos… y lo pasamos en grande con los chicos que daban un concierto en directo, con temas de clásicos del Rock y Heavy Metal.


La vuelta al albergue fue de lo más surrealista; se nos hizo tarde, las dos de la mañana, y como los taxistas no suelen saber donde está la dirección del albergue y no quieren ni intentarlo, llamé por teléfono para que hablasen en chino; pero cuál fue mi sorpresa que nos dice el del albergue que esta noche no podemos ir a dormir porque la carretera estaba cortada. Insistimos en que eso era imposible, y al final convencimos a un taxista de llevarnos lo más cerca posible. De camino vimos coches blindados y militares con pasamontañas, parecía que estaba a punto de estallar una guerra; al llegar a la calle caminamos y por supuesto los militares no nos dejaban pasar, tuvimos que mostrar los pasaportes y la dirección del albergue hasta que nos dejaron continuar.
Toda la calle estaba llena de militares formados y al llegar a sitio, impresionante, toda la carretera completa de personas en el suelo, y más policías que no nos dejaban pasar hasta poder convencerlos que dormíamos a tan sólo unos pocos metros.
Por lo visto todo es debido a un entrenamiento para las próximas Fiestas Nacionales.

1 comentario:

  1. Increible lo q pueden llegar a comer los chinos!!!! pero ellos están acostumbrados no como vosotros...jajaja
    Ánimo y un beso!!!!!!

    ResponderEliminar