25 junio 2010

BRUNEI DARUSSALAM

Llegar a la capital de Brunei Darussalam no fue tarea fácil, tardamos más de 8 horas en seis coches diferentes y una lancha…
Ming Chan nos llevó en coche hasta la salida de Kota Kinabalu quitándonos un montón de trabajo; allí comenzamos a hacer dedo con un cartel en dirección a Beaufort; a la media hora paró una pareja un tanto extraña, parecía que ya nos tenían ojeados; aún así afirmaron que iban a Beaufort y nos subimos en el coche, pero éste se desvió por otra calle a dejar a otra persona, entonces la mujer todo contenta nos contaba que iba a dejar a su amigo porque la pagaba por el trayecto; al oír esto la dije rápidamente que parase el coche… y así volvimos a nuestra posición original. Tras un rato más, paró un hombre de etnia china que nos llevó unos pocos kilómetros hasta Papar, aquí otro hombre con sus hijos nos llevó un tramo más y por fin otro chico ya nos llevó hasta Beaufort.
Aquí tuvimos suerte, un joven chico nos llevó hasta Lawas en la provincia de Sarawak.

Sarawak tiene una administración diferente, tiene incluso frontera, es decir nos estamparon el pasaporte con el sello de salida de Malasia y luego otro de entrada a Sarawak (aunque es el mismo país). En Lawas intentamos esmerarnos en parar algún coche con matricula de Brunei, pero es difícil porque cruzar una frontera con desconocidos… Aquí nos llevó un hombre bastante extraño que también iba con los hijos, y por último paró una camioneta de una chica filipina de Tawi-Tawi, que iba con sus tres hijos mestizos, filipino-indios.


En Trusan tuvieron que pasar la camioneta en un transbordador para cruzar el río, y poco más tarde llegamos a la frontera de Brunei, pero ahí no termina la cosa.

El Sultanato de Brunei Darussalam está dividido en dos partes separadas por Malasia, continuar hasta la capital en coche supone entrar en Brunei, salir del país, entrar en Malasia, volver a salir y por último entrar a Brunei; lo mejor que pudimos hacer fue quedarnos en la primera parte de Brunei llamada Temburong, en el pueblo de Bangar, donde parten lanchas rápidas a la capital, Bandar Seri Begawan.
Al llegar salían las últimas lanchas pero no teníamos dinero local, además era domingo y todo estaba cerrado; tuve que ir por unas tiendas para ver si alguien me cambiaba algo de dinero malayo hasta conseguirlo; la moneda de Brunei es bastante fuerte, es el Dólar de Brunei (1€=1,68B$). Y así por fin pudimos tomar la lancha que nos llevó 45 minutos hasta Bandar Seri Begawan.

Hay muchos sitios que cobran un montón por hacer cruceros por ríos con manglares; este viaje en lancha es un chollo porque por 6B$ navegamos a toda velocidad por un rio muy bonito, cubierto de manglares a los lados que va a dar al mar abierto para luego meterse de nuevo por canales aún más estrechos hasta llegar a la capital.

Brunei fue un gran imperio en los siglos XV Y XVI, llegando a dominar incluso parte del sur de Filipinas; de aquí las malas relaciones con España que en esa época se estaban dedicando a la colonización de Filipinas.
Justo cuando los españoles invadían Manila para asentar allí la capital; Brunei, como país islámico y en contra de la propagación del cristianismo, envió barcos para ayudar a los filipinos a luchar contra los conquistadores, momento que aprovechó España para enviar barcos a Brunei que estaba totalmente desprotegido. La ocupación tuvo lugar en el año 1.578, siendo Brunei español por un periodo de 72 días, en la que fue conocida como “La guerra de Castilla”

Actualmente Brunei Darussalam es uno de los países más ricos del Sudeste Asiático pues tienen petróleo y gas en sus tierras; cuando veníamos de camino en autostop, los malayos nos decían que todos los bruneanos son ricos; la educación y la salud son gratuitos y no tienen tasas; también se dice que es uno de los países más seguros debido a la buena estabilidad económica. Por otra parte quizá sea uno de los países islámicos del Sudeste Asiático más estrictos, respecto a vestimenta y conductas; la venta de alcohol es prohibida.

Respecto a la deforestación que sufre Borneo, Brunei es el país que más está cuidando de su naturaleza, (de momento); un claro ejemplo es si se mira con el “Google Earth”, en la imagen del satélite se ve perfectamente como al norte de la línea amarilla (Brunei) todo esta tupido de vegetación, mientras que al sur (Malasia) esta deforestado, viéndose todas las rodadas de los caminos de los 4x4.


Después de escuchar tantas veces que Brunei es un país muy rico, etc… nos quedamos un poco “decepcionados” al ver la capital; Bandar Seri Begawan es una ciudad que para nada da el aspecto de ser súper-rica; es muy pequeña con una población de menos de 140.000 habitantes.

Aquí habíamos contactado con un chico de CS, Rudy, que nos alojó por un par de días en la capital. Rudy nos hablo de muchas cosas interesantes, según él hay una discriminación tremenda hacia la comunidad cristiana que es muy amplia debido a la inmigración filipina que viene en busca de trabajo.
Rudy nació Brunei pero al ser sus padres de Malasia y de religión cristiana, jamás le han dado la nacionalidad, y viviendo en su propio país, tiene un sello en su pasaporte igual al nuestro que le permite una estancia de 30 días en Brunei, por eso ha de salir a Malasia y volver una vez al mes para “renovar” su estampa.
Rudy que participa muy activo en la iglesia en Brunei nos cuenta que sólo hay tres iglesias en la ciudad y no les dejan construir más, estaba bastante indignado con estas diferencias y asegura que si se es musulmán todo sería más fácil para vivir aquí.

El día que llegamos tuvimos la suerte de asistir a la celebración del “Día del Padre”, nos invitaron a una buenísima cena en compañía de Rudy, su novia Emilia, y parte de la familia de Rudy.


Sin duda lo mejor de Bandar Seri Begawan es la “Villa de Agua”, frente al centro de la ciudad se asienta un conjunto de villas sobre el río, y por aquí se dice que es el mayor asentamiento en el agua del mundo; de la población total de Bandar Seri Begawan, más de 30.000 personas viven aquí.
Por medio dólar una barca te acerca a algún punto de la villa y luego caminar por allí es como entrar en un laberinto y en otro mundo; es muy interesante pero también triste que un país tan próspero, y con el actual Sultán siendo una de las personas más ricas del mundo, tengan a la gente que vive aquí en una situación un tanto deplorable pues los bancos de arena bajo muchas casas están llenos de basura, es común encontrar colchones, sofás, ropa, calzado, plásticos y todo tiempo de cosas.



Pero a pesar de esto, y que muchas casas están que se caen, casi todos tienen su antena parabólica y televisión. Las calles son pasarelas de madera que se cuelan entre las casas, éstos a veces forman puentes para cruzar las principales vías de circulación de barcas.



Justo mientras caminábamos salían los niños del colegio, las chicas vas muy tapadas, y los chicos llevan también un traje tradicional con un peculiar gorro.



Volviendo a la ciudad visitamos la nueva mezquita del actual Sultán Sir Hassanal Bolkiah, a la que no pudimos entrar porque era la hora de los rezos; la noche anterior Rudy nos hizo un pequeño tour nocturno que nos vino muy bien para ver ésta mezquita y otros lugares iluminados, ya que cambian completamente.


También vimos de lejos el Palacio del Sultán, el cual es el palacio habitado más grande del mundo; es muy difícil tener una buena vista del mismo, la mejor fue desde lejos, aún así es difícil apreciar lo grande que es el palacio que tiene más de 1.000 habitaciones, para las 20 personas que lo habitan.


Sin duda el lugar más visitado de Bandar Seri Begawan es la mezquita del anterior Sultán, Omar Ali Saiffudien; una mezquita sencilla pero de gran encanto debido a su situación frente a un lago.



Es posible visitar la mezquita fuera de las horas de rezo, pero me resultó demasiado estricto, después de haber estado en lugares muy sagrados e importantes en Oriente Medio donde podíamos hasta pasear libremente por la zona de rezos; aquí te ponen una túnica negra de la cabeza a los pies y debes caminar por una alfombra roja sin salirte, no se puede ni pisar la otra alfombra donde la gente reza; fotos totalmente prohibido.

En el lago hay un barco (falso) dedicado al 1.400 aniversario de la creación del libro sagrado, El Corán.



La vista más bonita de la mezquita es al atardecer cuando toma unos colores diferentes, que nuevamente con el lago, es muy fotogénico.


De camino al oeste, antes de volver a Malasia pasamos un par de días con otro chico de CS, Hugo, un mexicano que trabaja en la compañía Shell en el pueblo de Seria. Seria es el centro del petróleo de Brunei, aquí hay pozos por todas partes, y si se va a la playa se pueden ver los pozos que están en el mar (offshore).



La playa es enorme y solitaria, un buen lugar para bonitas puestas de sol también.



Hugo nos dejó un cuarto para nosotros con todas las comodidades, conocimos también a su novia Devorah, mestiza bruneana-inglesa; y todos juntos disfrutamos de algún partido de la Copa del Mundo.

A pesar de haber preguntado y leído sobre ello, hay muchas contradicciones sobre cuánto petróleo queda en Brunei, Hugo dice que no más de 6 años, por otra parte hemos oído hasta unos 20 años; de todas formas sea lo que sea está claro que no le queda mucho, el petróleo se terminará y este diminuto país pasará muchos apuros si no hace algo para remediarlo.

La última ciudad de Brunei antes de Malasia se llama Kuala Belait, que al igual que Seria, ha sido construida por la industria Petrolera; entre ésta y Seria todo son urbanizaciones de los trabajadores de diferentes empresas, la mayoría extranjeros, que harán las maletas en cuanto el oro negro termine.


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