La autopista costera está aún sin terminar, así que viajamos por varias pistas muy cerca del mar, (mucho más bonito), y así hasta llegar a la pequeña villa pesquera de Tiwi.
Al llegar no encontramos al amigo de Susan, pero como ella conocía el camino nos adentramos en el Valle de Sha Shab; uno de los lugares más alucinantes que hemos visto en el viaje.
Durante una hora de caminata siguiendo el rio que llega de las montañas, y riega las palmeras cargadas de dátiles; llegamos a una “piscina” entre las rocas del cañón, aquí nos metimos y continuamos nadando hasta otra piscina, y así hasta una tercera, al final el cañón se cerraba dejando un pequeño hueco donde sólo entraba la cabeza. Con el cuerpo sumergido cruzamos el pasadizo, ¡donde sólo entraban nuestras cabezas!, un lugar increíble. Y de repente llegamos a una especie de cueva; con luz del exterior, y en dicha cueva había una última piscina alimentada por una cascada dentro de la misma cueva. La verdad es que es difícil describir un lugar así, mejor ponemos las fotos.
Hasta aquí nos acompañó un chico, Hussein, que resultó ser amigo, del amigo de Susan; y como este último no podía alojarnos en su casa; Hussein se hizo cargo de nosotros llevándonos a casa con sus padres, hermano y 7 hermanas; no es una familia numerosa, es una familia normal en Omán.
Estos nos prepararon una cena muy rica y pasamos un rato con ellos, intentado comunicarnos con gestos y cuatro palabrillas en árabe. Las mujeres, al igual que en Yemen, siguen sin gustarlas las fotos, pero vamos a poner una foto que hemos “robado” de Susan; ya que merece la pena ver los vestidos tan originales que llevan.
La ciudad más grande de la costa este, es Sur; desde Tiwi tan sólo son 40km y una vez en la ruta un coche paró a “ayudarnos” El hombre venía con su mujer y 4 hijos, y orgulloso nos contaba que tenía 9 hijos en total y la mujer estaba embarazada del décimo.
Nunca nos habían pedido dinero en Omán, y todo fue bien hasta que escuché al hijo mayor diciendo al padre números en inglés (el padre no hablaba nada de inglés), ahí me mosqueé y ¡justo!, al llegar a Sur, nos dijo: -100 Rial. ¡Así! como algo normal… 160€ por 40km que él tenía que recorrer de todas formas. Nos entró la risa y por supuesto nos marchamos sonrientes dando las gracias y haciendo como que no entendíamos lo que nos estaban diciendo; aquí son muy pacíficos y también marcharon sin insistir mucho.
En Sur tuvimos un bonito encuentro con una chica de HC; Beatriz, una portuguesa que vive en Omán con su marido Claide (Francia)
Tienen una casa muy bonita junto a la playa, y con ellos estuvimos tres maravillosos días donde nos trataron como a reyes. Ellos se dedican a viajar mientras trabajan por diferentes países del mundo, asentándose alrededor de un año en cada lugar; su último destino fue Méjico; muy bueno para nosotros pues ambos hablaban perfecto español.
En Sur lo más bonito es el paseo de la playa y la bahía con los barcos de madera de los pescadores. La bahía esta casi cerrada por completo, en la parte que da al mar, tan sólo están separadas una parte de la otra por un canal de 100 metros de anchura. El día que fuimos a cruzar con el barco al otro lado, un hombre en la ciudad nos ofreció su ayuda; como hace tanto calor aquí la gente se ayuda para que nadie este caminando bajo tanta temperatura; éste hombre nos llevó al puerto, pero no había barco hasta dentro de 2 horas, así que se ofreció a llevarnos por carretera 10km rodeando toda la bahía.
De aquí seguido nos encaminamos al extremo este de la Península Arábiga; seguimos viajando a dedo, aquí es una maravilla, los coches paran por sí solos. En el camino vimos los destrozos del ciclón de hace un año; árboles arrancados de raíz como si se tratasen de una pequeña planta, esparcidos por todas partes; y trozos de carretera que desaparecieron sin más.
El lugar al que vamos se llama Ras Al Hadd; es uno de los lugares más famosos por el acercamiento cada noche de tortugas gigantes que vienen a desovar a la playa; las tortugas más viejas llegan a pesar una tonelada, claro que nosotros no llegamos a verlas de tal magnitud.
El lugar turístico para ver las tortugas esta a 50km al sur de aquí, donde se ha de pagar por ir con un grupo… Nosotros, gracias a los consejos de Beatriz, fuimos a éste otro lugar público y estuvimos solos en la playa completamente.
Pasamos la tarde en la playa frente al mar esperando la noche; y justo al oscurecer, la primera tortuga apareció frente a nosotros, fue una gran casualidad, pero éste animal es tan sensible y miedoso que al vernos regresó al mar, para salir de nuevo unos metros más lejos. Más tarde otras tortugas comenzaron a salir alrededor nuestro; pero la experiencia del día fue cuando una se fue acercando a nosotros; nos tumbamos inmóviles y la tortuga se acerco a 50cm de nuestras caras, un momento indescriptible. Una tortuga de quizá 500kg frente a nuestras caras; fue sorprendente que no se asustó; lo que hizo fue rodearnos y seguir su camino a la playa.
Con mucho cuidado seguimos a alguna tortuga, siempre sin que nos viesen, por detrás de ellas, como es un animal muy torpe y lento no hay problema. Y así vimos como algunas de ellas comenzaron a girar y a lanzar arena con las aletas haciendo un agujero; el proceso es muy muy lento, y tras terminar, la tortuga coloca sus huevos que eclosionarán 40 días más tarde.
La parte “mala” es que quien quiera ver esto tiene que venir aquí, pues no tenemos ninguna foto. No se puede hacer fotos con flash porque como hemos dicho, el animal es muy sensible y puede dejar de venir aquí; y la oscuridad es tal que las fotos no salen; hicimos alguna pero editándolas un poco, más que tortugas parece algún efecto OVNI.
Por otra parte, nosotros que venimos de fuera lo respetamos, pero los omaníes no tienen ningún cuidado, y pasaban por la playa con coches, muchas veces a punto de atropellar alguna tortuga, y seguramente matando alguna pequeña tortuga que acabe de salir del huevo.
La única foto que puede dar una idea del tamaño del animal es ésta que tomamos al llegar; es uno de los múltiples huecos que las tortugas habían hecho la noche anterior.
Si se aprecia bien, detrás se ven unas rodadas que parecen de un gran tractor, pues no; son las marcas que dejan las tortugas al caminar, y que tiene un ancho de cerca de un metro.
Beatriz nos hizo el gran favor de venir por la noche a buscarnos sin tener la necesidad de dormir en la playa, ésta pareja ha sido increíble!
Para terminar Omán nos fuimos prácticamente de punta a punta (de la zona norte) 550km a dedo, 10 vehículos, 7 horas; gente diferente e interesante, unos que nos invitan a algo, otros que nos llevan a hacer unos recados, unos que paran a rezar…y así llegamos a Ibri donde nos reencontramos con Antonio quien no tuvo problema en alojarnos por una noche antes de irnos a los Emiratos Árabes Unidos.
Saludos!!!
ResponderEliminaros sigo desde q estabais por Georgia, os conocí por casualidad, y la verdad q os estoy muy agradecido, lo q haceis es fenomenal. Solo desearos q sigais con este gran viaje, y q sepais q aqui mucha gente os lea, aunqe nunca escribamos!!!Un abrazo muy fuerte a los dos, y seguir disfrutando!!!