08 octubre 2009

YUNNAN

Con un solo mes de visa en nuestras manos, hemos decidido no hacer ampliaciones y pasar en China el resto de semanas que nos quedan. Así pues no tenemos el tiempo suficiente como para viajar todo el tiempo en autostop, y para distancias largas mejor hemos tomado el tren.
Desde Guilin hasta Kunming son 18 horas de viaje, teniendo en cuenta el largo trayecto podríamos decir que un ticket de 158 Yuan en asiento duro (la categoría más baja) es bastante barato, aunque no lo sea para nuestro viaje. De todas formas teniendo en cuenta que en los últimos días no hemos pagado por dormir, ni por transporte, tan sólo comida, nuestro gasto diario ha sido de entre 3€ y 5€ diarios por los dos; por lo tanto el gasto extra del tren no se nota en la economía…

Claro que 18 horas sentados en una butaca dura de respaldo vertical, con una pareja local enfrente, con su niño pequeño en brazos, llorando y gritando durante medio viaje…son 18 horas agonizantes.

La decisión de estar en China hasta el fin de la visa, nos condiciona en muchas cosas; una muy importante es la próxima fiesta nacional del 1 de octubre, cuando el país entero se movilizará. Debido a esto, el día de nuestro viaje en tren, (viernes) era el único día para poder solicitar la visa de Vietnam y recogerla antes de las fiestas.
La oficina del consulado en Kunming cierra a las 12:00, y a las 11:30 llegó nuestro tren; aún sin dormir corrimos con las mochilas por la ciudad y llegamos 10 minutos antes de cerrar; fuimos muy afortunados, pagamos los 350 Yuan por un mes de visado y esperamos los cuatro días.

Kunming es la capital del estado de Yunnan que ocupa el suroeste de China; una de las zonas más bonitas del país y donde residen la mitad de las diferentes minorías étnicas que pueblan el país. Al salir del tren lo primero que agradecimos fue la buena temperatura, con Kunming situado a unos 2.000 metros de altitud, se nota fresco cuando no hay sol, todo un alivio después de los cálidos y húmedos días de Hong Kong, Macau o Yangshuo.

Deambulamos todo el día por Kunming esperando a encontrarnos con nuestro anfitrión de CS, Jesse; y cuando lo hicimos, éste nos comentó que esa noche tenían una gran fiesta; después de toda la noche anterior sin dormir, parecía que el descanso en una cama no iba a llegar nunca, pero de todas formas, aguantamos, y lo pasamos genial en una gran fiesta de cumpleaños.
Jesse es americano, y lleva en China bastante tiempo, está bastante introducido en la vida de aquí y los chinos aseguran que su mandarín es muy bueno; Jesse vive con James, un inglés muy majo también, precisamente con él pasé varias horas probando diferentes proxy nuevos que me permiten hacer el blog, pues el anterior que tenía dejó de funcionar, y recordamos que en China esta censurado…
El cumpleaños fue de Coco, una chica de Kunming, que junto a María y otras chicas prepararon un explosivo coctel chino, y otras cosas para comer en la fiesta.
Se presentaron unas 30 personas, de multitud de nacionalidades y lo pasamos en grande; la música estaba tan alta que los vecinos aparecieron advirtiendo que iban a llamar a la policía, (no sería la primera vez para Jesse y compañía)
A última hora vino un chef de un restaurante con un regalo de cumpleaños para Coco de 2 kg de salmón, algo muy caro y difícil de conseguir aquí, así que nos pusimos las botas…
Después de 40 horas sin dormir caímos secos…



En Kunming pasamos unos días tranquilos con la compañía de los chicos y de Jau-Ruey con quien nos reencontramos aquí; ella también vino a cenar a casa de Jesse el día que preparamos entre todos comida japonesa, sushi y sashimi, con el salmón del cumpleaños.


Lo más interesante que encontramos en Kunming es el barrio musulmán; afortunadamente hay una zona que no ha sido rehabilitada, y es realmente bonita con todas las casas de madera, y los vendedores por las calles; como el mercado de los pájaros, donde los viejos se reúnen para la compra venta de pequeños pájaros como mascota (no para comer), los cuales observan minuciosamente, las alas, el sexo…Las jaulas que venden para éstos animales son virgueras, con tallas de madera; aparte también se venden otras mascotas como conejos, perros, y comida para pájaros como escarabajos o gusanos vivos los cuales son removidos frecuentemente por su vendedor con las manos.




Visitamos la mezquita más importante en Kunming, es extraño volver a ver musulmanes, aunque bastante diferentes pues aunque algunas mujeres lleven el pelo cubierto tienen ropa ajustada, e incluso vimos chicas frente a la mezquita (dentro del recinto) sin tapar sus cabellos.



Las pagodas de la dinastía Tang son un símbolo para Kunming, bastante antiguas y diferentes a otras que habíamos visto antes, pero lo más interesante es ver a la gente mayor jugando a las cartas y otros juegos en los alrededores de la pagoda del oeste.



Cerca de casa de Jesse esta el Parque del Lago Verde, uno de esos lugares donde los chinos hacen sus demostraciones de canto y baile, y de buenísimas coreografías tocando tambores y otros instrumentos. Es muy bueno como la gente mayor, en vez de estar en casa salen y se mueven durante todo el día realizando actividades.



El día de la fiesta conocimos a Jose, un argentino de La Plata y nos comentó que lleva tiempo aquí trabajando tocando en una banda de jazz con otros argentinos. El último día que estuvimos en Kunming pasamos a verles por el restaurante donde tocan.


Mientras viajamos en tren hacia el oeste, a Dali, cumplimos nuestros 100.000km en ruta desde España; ¡el equivalente a dos vueltas y media a nuestro planeta por el Ecuador!

En Dali estuvimos en una casa de huéspedes que tenía dormitorios por 20 Yuan, y dobles con baño bastante aceptables por 50 Yuan; por sólo un euro más que el dormitorio estuvimos de lujo; lo que ocurre es que el 30 de septiembre, y a partir del día 1 de octubre (60 aniversario del Partido Comunista en China), la doble pasa a costar 100 y el dormitorio 25; así que tuvimos que hacer cambio. Fue extraño volver a estar frente a una recepción después de un mes usando CS, pero es que en esta zona es más complicado encontrar gente del club.
Lo peor de la casa de huéspedes fueron los baños, auténticos de las estaciones de autobús de la provincia de Xinjiang; un canal en el suelo con tres separadores no suficientes para cubrirse, por lo que si entra alguien, ve a todo el mundo ahí haciendo sus cosas.

Dali se sitúa en un bonito enclave, con montañas de 4.000 metros al oeste y el gran lago Erhai al este, con unas fértiles tierras entre medio. La vieja ciudad amurallada es bonita con las calles empedradas y sus cuatro puertas chinas en los cuatro puntos cardinales; aunque todo el encanto que algún día tuvo se ha perdido por la multitud de puestos de souvenirs, para alimentar la alta demanda del turismo chino.



La región de Dali es el área original de la etnia Bai; pero es muy difícil ver a esta gente en su estado más puro, precisamente por la ocupación de la ciudad por los chinos Han. El único lugar accesible para ver diferentes etnias, es el mercado de verduras y frutas; aunque la gente es maja, no quieren fotos al igual que el resto de China, o me piden dinero. China está siendo el peor país para hacer las fotos que mas me gustan, que son las de personas; así que no me queda otra que ir robando alguna difícilmente al descuido.



Queriendo salir de la multitud, nos alejamos por rutas no turísticas hacia las montañas, a través de campos de arroz y por estrechos senderos de barro; pero cuál es nuestra sorpresa que en mitad de la montaña, desde donde aún no teníamos vistas de Dali y el lago, había una caseta para cobrar tickets. Nos enfadamos mucho porque ya no sólo cobran por todo, es que ¡se aprovechan!



Lo más interesante en Dali, es salirse por sus alrededores, como la villa de Xizhou donde se ven a los campesinos recogiendo el arroz que con tanto esfuerzo han cultivado.



Tras varios kilómetros de caminata logramos llegar a orillas del tranquilo lago Erhai, donde se encuentran enormes plantas de marihuana de unos 4 metros de altura; más que plantas son árboles. A pesar de lo penado que están las drogas en China, y de lo peligroso que puede ser, en Dali es donde por primera vez nos ofrecen las mujeres por la calle.



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