El río Murray es la fuente de agua dulce mas importante del interior de Australia, a pesar de la gran crecida que hubo cuando estuvimos allí, pudimos ir hasta Yarrawonga junto al Lago Mulwala y aún en el estado de Victoria; al otro lado de la frontera en el estado de Nueva Gales del Sur, esta el pueblo de Mulwala también con sus parques súper cuidados y zonas de baño.
Las inundaciones al sur del estado de Nueva Gales del Sur (no confundir con las actuales en Queensland) han influido en nuestros planes y tuvimos que desviarnos saliendo del área, tirando directos en dirección Sydney. Aunque no llegaron a la gravedad de lo que esta sucediendo ahora en Queensland, las inundaciones que vivimos fueron muy serias con perdidas multimillonarias para los agricultores; vimos campos, casas y vehículos inundados en el camino.
Cuando conseguimos entrar en la ciudad a través de la maraña de carreteras y autopistas de Sydney, fuimos a la zona de los hostales de mochileros en Kings Cross, para dejar colgados carteles para la venta del coche; como la idea es regresar a Sydney, así damos más margen para que alguien se interese por él.
Este mismo día que llegamos a Sydney, mis padres llegaban de España una vez más para pasar el fin de año juntos y con la excusa pasarse unas buenas vacaciones con nosotros; esta noche nos alojó en casa Tony, un viejo amigo de mis padres, hijo de los inmigrantes españoles que llegaron a Australia en los años ’60.
Aprovechando la tregua climatológica dejamos Sydney al día siguiente para ir a las Blue Mountains (Montañas Azules), pasamos varios días en el pueblo de Katoomba donde hay grandes vistas del profundo valle tupido de vegetación y “Las Tres Hermanas”, tres singulares peñascos de piedra.
También en los alrededores de Sydney está el Hunter Valley, uno de los valles vinícolas más populares del país, nos alojamos en un camping económico que tenía piscina y jacuzzi, estuvimos como reyes, por no hablar de las rutas de catas de vinos. Al igual que en los valles de Adelaide se puede ir a las bodegas a catar vinos gratuitamente, y generalmente en cada bodega te explican todo sobre los vinos que producen.
Tras el valle de Hunter la idea era recorrer parte de la costa este al norte de Sydney hasta encontrar un lugar bonito donde quedarnos a pasar la Navidad. La costa este australiana se caracteriza por sus playas, miles de kilómetros de playas y costa y la gran barrera de Coral en el estado de Queensland; nosotros recorreríamos una pequeñísima parte de todo ello.
Aún con el mal tiempo recorrimos el Parque Nacional de los Lagos Myall, pasamos por Forster, Laurieton, Port Macquarie y muchos sitios más, con alguna que otra sorpresa como el reencuentro con Andrew y Alicia, los polacos que conocimos en Dili, Timor Leste.
Así hasta llegar a Nambucca Heads donde el tiempo nos sonrió, el lugar nos gustó y nos quedamos allí por una semana disfrutando de unos días “playeros” en mitad de Diciembre.
El pueblo se asienta en un peñasco que sale al mar y tiene varios miradores impresionantes sobre los entrantes de mar y las playas.
Algo característico de Nambucca Heads es la “Pared V”, un muro costero donde gente de todo el mundo ha pintado cosas; recuerdos de sus viajes, recordatorios a alguien fallecido… un poco de todo.
Pasamos la Nochebuena y Navidad a nuestro gusto, montándonos nuestra fiesta en una cabaña del camping.
Durante estos días recibí llamadas de gente interesada en el coche, así que después de Navidad y con Nambucca Heads inundado por las fuertes lluvias, marchamos dirección sur de nuevo a Sydney.
Nos alojamos un par de noches en Kings Cross, la calle de los mochileros; al día siguiente de llegar tuvimos varios encuentros con gente interesada en comprar el coche, pero sorpresa para nosotros que fueron un grupo de chicos que pasaban por allí casualmente y sin mirar el motor del coche ni hacer preguntas, nos lo compraron. En el mismo día y días posteriores recibimos un montón de llamadas, no cabe duda que el precio de venta para el coche que es, era muy bueno. Como teníamos sólo seis días antes de dejar el país pusimos un precio llamativo de 2.000 Dólares (1.538 €), aunque con seguridad se podría haber vendido por más; de todas formas nosotros compramos el coche por 1.600 Dólares, así que con la compra-venta ganamos 400 Dólares!
Con la venta hecha, conocimos en Sydney a una gente encantadora; a través del abuelo y los padres de María contactamos con Manolo y María José, un matrimonio español de los que emigraron a Australia en los años ’60 y quienes nos alojaron en su casa por unos cuantos días haciéndonos sentir en familia y mostrándonos una gran hospitalidad.
Según llegamos a su casa en el barrio de Maroubra, nos invitaron a comer productos de la Península como queso, jamón serrano, chorizo… regado con un buen vino.
Ellos, con ganas de llevarnos a ver todo lo posible alrededor, nos hicieron un “tour” por las playas más famosas de Sydney como la de Maroubra, Cooge, Bronte, Bondi y muchas más, todas ellas llenas de gente que disfrutan de las vacaciones de verano y con los surferos cogiendo olas en la orilla de la playa.
Sydney está situado dentro de una gran bahía, también fuimos con Manolo y María José a la “cabeza del sur” es decir la parte sur del entrante, el Watson Bay, donde hay vistas fenomenales del centro de la ciudad con el puente y la Opera House.
Para mi es la tercera vez que estoy en Sydney y para María su segunda vez; no importa las veces que sea, está claro que Sydney es una de las ciudades más bonitas y fotogénicas que hemos visto; aunque a los lugares que fuimos ya habíamos estado, disfrutamos un montón repitiendo…
Darling Harbour es una bahía dentro de la gran bahía con paseos agradables, un puerto, y lo más impresionante de todo, muy buenas vistas de la parte este del centro de Sydney.
Sin duda el lugar emblemático de Sydney es la bahía donde se encuentra el gran puente de hierro y la Opera House frente al centro de la ciudad.
Caminando sobre el puente de hierro hasta el otro lado de la bahía las vistas son realmente espectaculares, más con el día tan bueno que tuvimos.
Y llegó el gran día, tantas veces que hemos visto en televisión la noche de Fin de Año de Sydney y estábamos allí. El evento es de tal magnitud que la ciudad se paraliza por completo; el centro de Sydney queda totalmente cerrado a vehículos que no sean autobuses y por todas partes se publicitan los diferentes puntos desde donde observar los fuegos artificiales, los cuales son considerados los mejores de todo el mundo.
Los fuegos son lanzados en varios puntos a lo largo de toda la bahía y la mejor parte se la lleva el puente. Entre los diferentes puntos para verlo, los hay de pago, gratuitos, más lejos o más cerca, pero sin duda el más famoso de todos es el Mrs. Macquaries Point.
Para acceder a Mrs Macquaries Point es gratuito pero hay un límite de 20.000 personas, y muchas de esas personas desean tener la mejor vista para la gran noche.
Siguiendo los consejos de Manolo y María José, nos levantamos el día de Nochevieja a las 6:00 de la mañana, cuando llegamos a la cola, ya teníamos un kilometro de gente delante nuestro, aún así podíamos considerarnos “de los primeros”; en la cola había gente que pasó la noche anterior durmiendo para coger el mejor sitio.
Rápido fue llegando gente y la cola continuó en un interminable zigzag, para las 10:00 de la mañana la cola alcanzaba varios kilómetros de largo, fue entonces cuando abrieron las puertas.
La gente fue entrando en tandas y cada uno chequeado personalmente, el alcohol de fuera estaba prohibido, incluso nos hicieron tirar el agua de las botellas abiertas, nos pareció muy estricto pero por otra parte hay que admitir que la organización de tal evento fue impecable.
Al ser de los primeros tuvimos suerte de conseguir sitio en un lugar especial con plazas limitadas justo en el frente, en la mejor zona del parque. Mas suerte aún tuvimos cuando entre todo el amasijo de personas encontramos un hueco para nosotros junto a varios chicos que habían dormido en la cola la noche anterior, la mayoría de ellos de Taiwán, es sorprendente la cantidad de taiwaneses que hay viajando en Australia.
De todas formas aunque suene a que todos estábamos apretujados, no fue así, el sitio era amplio y pasamos el día tumbados en las toallas tranquilamente, eso sí, pasando mucho calor también. Las vistas de la ciudad eran perfectas…
Y en la noche igualmente espectaculares.
A las 9:00 de la noche se lanzan unos fuegos artificiales preliminares que dicen ser “para los niños”; fueron impresionantes.
A medianoche, coincidiendo con el cambio de año, se lanzó el increíble espectáculo de fuegos artificiales. El centro de todo es el puente de hierro donde se lanzan los más impresionantes, pero los fuegos se pueden ver por todas partes incluso saliendo de lo alto de los rascacielos de la ciudad.
Tras 18 horas de espera y con el espectáculo terminado, volvimos a la ciudad para regresar a Maroubra; la organización sigue siendo tan buena que el flujo de gente va relativamente rápido teniendo en cuenta que los fuegos artificiales fueron presenciados por un millón y medio de personas en diferentes puntos de Sydney. Los autobuses además son gratuitos para todo el mundo.
Año Nuevo y el día siguiente fueron días caseros que pasamos en familia con Manolo y María José; conocimos a mucha parte de su familia, la mayoría originales de Torrelavega y pueblos de alrededor. Disfrutamos en grande de su hospitalidad, su simpatía y todas las historias de la época de la emigración, cuando todo no fue tan bonito, pero que el esfuerzo mereció la pena.
El último día fuimos todos a la Perousse, un barrio muy al sur de Sydney situado en Botany Bay donde desembarcó por primera vez el Capitán Cook, antes de instalarse en la bahía de Sydney.
Entre las actividades que se ven en la Perousse, había un hombre que hacía una exhibición con serpientes enseñando a la gente como prevenir picaduras, como tratarlas etc… En Australia habitan 7 de las 10 serpientes más peligrosas del mundo.
El día 3 de enero nos despedimos de unos grandes amigos, Manolo y María José; la experiencia de conocer a ésta familia sin duda ha sido una de las grandes cosas de Sydney.
En aquel mapa que editamos en el blog hace casi 4 años, la línea de nuestro itinerario terminaba en Sydney; realmente la “línea” a variado continuamente, y una vez más lo vuelve a hacer; Australia está tan relativamente cerca de Nueva Zelanda, y Nueva Zelanda esta tan lejos de España (las antípodas), que la oportunidad de ir es perfecta.
Las inundaciones al sur del estado de Nueva Gales del Sur (no confundir con las actuales en Queensland) han influido en nuestros planes y tuvimos que desviarnos saliendo del área, tirando directos en dirección Sydney. Aunque no llegaron a la gravedad de lo que esta sucediendo ahora en Queensland, las inundaciones que vivimos fueron muy serias con perdidas multimillonarias para los agricultores; vimos campos, casas y vehículos inundados en el camino.
Cuando conseguimos entrar en la ciudad a través de la maraña de carreteras y autopistas de Sydney, fuimos a la zona de los hostales de mochileros en Kings Cross, para dejar colgados carteles para la venta del coche; como la idea es regresar a Sydney, así damos más margen para que alguien se interese por él.
Este mismo día que llegamos a Sydney, mis padres llegaban de España una vez más para pasar el fin de año juntos y con la excusa pasarse unas buenas vacaciones con nosotros; esta noche nos alojó en casa Tony, un viejo amigo de mis padres, hijo de los inmigrantes españoles que llegaron a Australia en los años ’60.
Aprovechando la tregua climatológica dejamos Sydney al día siguiente para ir a las Blue Mountains (Montañas Azules), pasamos varios días en el pueblo de Katoomba donde hay grandes vistas del profundo valle tupido de vegetación y “Las Tres Hermanas”, tres singulares peñascos de piedra.
También en los alrededores de Sydney está el Hunter Valley, uno de los valles vinícolas más populares del país, nos alojamos en un camping económico que tenía piscina y jacuzzi, estuvimos como reyes, por no hablar de las rutas de catas de vinos. Al igual que en los valles de Adelaide se puede ir a las bodegas a catar vinos gratuitamente, y generalmente en cada bodega te explican todo sobre los vinos que producen.
Tras el valle de Hunter la idea era recorrer parte de la costa este al norte de Sydney hasta encontrar un lugar bonito donde quedarnos a pasar la Navidad. La costa este australiana se caracteriza por sus playas, miles de kilómetros de playas y costa y la gran barrera de Coral en el estado de Queensland; nosotros recorreríamos una pequeñísima parte de todo ello.
Aún con el mal tiempo recorrimos el Parque Nacional de los Lagos Myall, pasamos por Forster, Laurieton, Port Macquarie y muchos sitios más, con alguna que otra sorpresa como el reencuentro con Andrew y Alicia, los polacos que conocimos en Dili, Timor Leste.
Así hasta llegar a Nambucca Heads donde el tiempo nos sonrió, el lugar nos gustó y nos quedamos allí por una semana disfrutando de unos días “playeros” en mitad de Diciembre.
El pueblo se asienta en un peñasco que sale al mar y tiene varios miradores impresionantes sobre los entrantes de mar y las playas.
Algo característico de Nambucca Heads es la “Pared V”, un muro costero donde gente de todo el mundo ha pintado cosas; recuerdos de sus viajes, recordatorios a alguien fallecido… un poco de todo.
Pasamos la Nochebuena y Navidad a nuestro gusto, montándonos nuestra fiesta en una cabaña del camping.
Durante estos días recibí llamadas de gente interesada en el coche, así que después de Navidad y con Nambucca Heads inundado por las fuertes lluvias, marchamos dirección sur de nuevo a Sydney.
Nos alojamos un par de noches en Kings Cross, la calle de los mochileros; al día siguiente de llegar tuvimos varios encuentros con gente interesada en comprar el coche, pero sorpresa para nosotros que fueron un grupo de chicos que pasaban por allí casualmente y sin mirar el motor del coche ni hacer preguntas, nos lo compraron. En el mismo día y días posteriores recibimos un montón de llamadas, no cabe duda que el precio de venta para el coche que es, era muy bueno. Como teníamos sólo seis días antes de dejar el país pusimos un precio llamativo de 2.000 Dólares (1.538 €), aunque con seguridad se podría haber vendido por más; de todas formas nosotros compramos el coche por 1.600 Dólares, así que con la compra-venta ganamos 400 Dólares!
Con la venta hecha, conocimos en Sydney a una gente encantadora; a través del abuelo y los padres de María contactamos con Manolo y María José, un matrimonio español de los que emigraron a Australia en los años ’60 y quienes nos alojaron en su casa por unos cuantos días haciéndonos sentir en familia y mostrándonos una gran hospitalidad.
Según llegamos a su casa en el barrio de Maroubra, nos invitaron a comer productos de la Península como queso, jamón serrano, chorizo… regado con un buen vino.
Ellos, con ganas de llevarnos a ver todo lo posible alrededor, nos hicieron un “tour” por las playas más famosas de Sydney como la de Maroubra, Cooge, Bronte, Bondi y muchas más, todas ellas llenas de gente que disfrutan de las vacaciones de verano y con los surferos cogiendo olas en la orilla de la playa.
Sydney está situado dentro de una gran bahía, también fuimos con Manolo y María José a la “cabeza del sur” es decir la parte sur del entrante, el Watson Bay, donde hay vistas fenomenales del centro de la ciudad con el puente y la Opera House.
Para mi es la tercera vez que estoy en Sydney y para María su segunda vez; no importa las veces que sea, está claro que Sydney es una de las ciudades más bonitas y fotogénicas que hemos visto; aunque a los lugares que fuimos ya habíamos estado, disfrutamos un montón repitiendo…
Darling Harbour es una bahía dentro de la gran bahía con paseos agradables, un puerto, y lo más impresionante de todo, muy buenas vistas de la parte este del centro de Sydney.
Sin duda el lugar emblemático de Sydney es la bahía donde se encuentra el gran puente de hierro y la Opera House frente al centro de la ciudad.
Caminando sobre el puente de hierro hasta el otro lado de la bahía las vistas son realmente espectaculares, más con el día tan bueno que tuvimos.
Y llegó el gran día, tantas veces que hemos visto en televisión la noche de Fin de Año de Sydney y estábamos allí. El evento es de tal magnitud que la ciudad se paraliza por completo; el centro de Sydney queda totalmente cerrado a vehículos que no sean autobuses y por todas partes se publicitan los diferentes puntos desde donde observar los fuegos artificiales, los cuales son considerados los mejores de todo el mundo.
Los fuegos son lanzados en varios puntos a lo largo de toda la bahía y la mejor parte se la lleva el puente. Entre los diferentes puntos para verlo, los hay de pago, gratuitos, más lejos o más cerca, pero sin duda el más famoso de todos es el Mrs. Macquaries Point.
Para acceder a Mrs Macquaries Point es gratuito pero hay un límite de 20.000 personas, y muchas de esas personas desean tener la mejor vista para la gran noche.
Siguiendo los consejos de Manolo y María José, nos levantamos el día de Nochevieja a las 6:00 de la mañana, cuando llegamos a la cola, ya teníamos un kilometro de gente delante nuestro, aún así podíamos considerarnos “de los primeros”; en la cola había gente que pasó la noche anterior durmiendo para coger el mejor sitio.
Rápido fue llegando gente y la cola continuó en un interminable zigzag, para las 10:00 de la mañana la cola alcanzaba varios kilómetros de largo, fue entonces cuando abrieron las puertas.
La gente fue entrando en tandas y cada uno chequeado personalmente, el alcohol de fuera estaba prohibido, incluso nos hicieron tirar el agua de las botellas abiertas, nos pareció muy estricto pero por otra parte hay que admitir que la organización de tal evento fue impecable.
Al ser de los primeros tuvimos suerte de conseguir sitio en un lugar especial con plazas limitadas justo en el frente, en la mejor zona del parque. Mas suerte aún tuvimos cuando entre todo el amasijo de personas encontramos un hueco para nosotros junto a varios chicos que habían dormido en la cola la noche anterior, la mayoría de ellos de Taiwán, es sorprendente la cantidad de taiwaneses que hay viajando en Australia.
De todas formas aunque suene a que todos estábamos apretujados, no fue así, el sitio era amplio y pasamos el día tumbados en las toallas tranquilamente, eso sí, pasando mucho calor también. Las vistas de la ciudad eran perfectas…
Y en la noche igualmente espectaculares.
A las 9:00 de la noche se lanzan unos fuegos artificiales preliminares que dicen ser “para los niños”; fueron impresionantes.
A medianoche, coincidiendo con el cambio de año, se lanzó el increíble espectáculo de fuegos artificiales. El centro de todo es el puente de hierro donde se lanzan los más impresionantes, pero los fuegos se pueden ver por todas partes incluso saliendo de lo alto de los rascacielos de la ciudad.
Tras 18 horas de espera y con el espectáculo terminado, volvimos a la ciudad para regresar a Maroubra; la organización sigue siendo tan buena que el flujo de gente va relativamente rápido teniendo en cuenta que los fuegos artificiales fueron presenciados por un millón y medio de personas en diferentes puntos de Sydney. Los autobuses además son gratuitos para todo el mundo.
Año Nuevo y el día siguiente fueron días caseros que pasamos en familia con Manolo y María José; conocimos a mucha parte de su familia, la mayoría originales de Torrelavega y pueblos de alrededor. Disfrutamos en grande de su hospitalidad, su simpatía y todas las historias de la época de la emigración, cuando todo no fue tan bonito, pero que el esfuerzo mereció la pena.
El último día fuimos todos a la Perousse, un barrio muy al sur de Sydney situado en Botany Bay donde desembarcó por primera vez el Capitán Cook, antes de instalarse en la bahía de Sydney.
Entre las actividades que se ven en la Perousse, había un hombre que hacía una exhibición con serpientes enseñando a la gente como prevenir picaduras, como tratarlas etc… En Australia habitan 7 de las 10 serpientes más peligrosas del mundo.
El día 3 de enero nos despedimos de unos grandes amigos, Manolo y María José; la experiencia de conocer a ésta familia sin duda ha sido una de las grandes cosas de Sydney.
En aquel mapa que editamos en el blog hace casi 4 años, la línea de nuestro itinerario terminaba en Sydney; realmente la “línea” a variado continuamente, y una vez más lo vuelve a hacer; Australia está tan relativamente cerca de Nueva Zelanda, y Nueva Zelanda esta tan lejos de España (las antípodas), que la oportunidad de ir es perfecta.
Hola David y María, hace algún tiempo que os sigo y os tengo en mi blog
ResponderEliminarhttp://cosasdelautocaravanismo.blogspot.com
la verdad es que me tenéis fascinado. Vuestro viaje es todo un sueño de aventura que pocas personas se pueden permitir, unos por la limitación de la mentalidad (para mí la mayor barrera), otros por falta de tiempo o recursos, pero el caso es que muy poca gente tiene los web o la iniciativa de hacer lo que vosotros estáis haciendo en plena juventud.
En esta última entrada, me habéis llegado al alma, yo tambien estuve en Sídney en los años 70 del pasado siglo, la verdad que es una de las ciudades de este mundo que mas huella ha dejado en mi.
Fui en un barco que se llamaba Saint Marcel a cargar grano para Arabia Saudí, estuvimos una semana en Sídney y pude disfrutar de la ciudad bastantes cosas.
Conozco a algunas personas de Santillana que emigraron en los años 60 en condiciones bastante penosas a Australia y concretamente a Melbourne, Paco, Tonio y el Roju. Aquellos eran otros tiempos muy diferentes a los de ahora, pero en fin...lo pasado y ahora toca vivir otra vida diferente, por ejemplo, lo que estáis haciendo vosotros, os felicito por ello y os deseo un feliz regreso a Santillana con la esperanza de que un dia cualquiera pueda compartir con vosotros un café en "casa Cossío" o donde sea.
Un saludo y buena ruta.
Pedro Ansorena.
Hola Chicos,
ResponderEliminarCual ha sido mi sorpresa al leer en las páginas del Diario la noticia de que después de tanto tiempo regresabaís a casa. Somos Juan y Eva de Santander, coincidimos en año nuevo en Sydney en casa de Manolo y Maria José,nos ha emocionado vernos en las fotos y recordar las vacaciones tan inolvidables que pasamos. Acabo de descubrir vuestro blog y me estoy poniendo un poco al día de vuestras andanzas, está genial y me tiene totalmente enganchada. Os teneís que sentir muy orgullosos y afortunados de haber podido vivir una experiencia así. Espero coincidir con vosotros en Santillana este verano. Un abrazo fuerte y ya os enviaré alguna foto del día de año nuevo.
Siempre q veo algo de Australia me emociono, de cuando yo viaje en ek 2011 como cuento en mi blog q espero q os guste wwww.rutasfotograficaszaragoza.com, espero q os guste un saludo y felicidades por el blog
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