11 enero 2011

NUEVA ZELANDA, ISLA NORTE

Después de haber volado en pequeños aviones por el Sudeste Asiático, incluso aviones de hélices, nos encontramos con la sorpresa en el aeropuerto de Sydney, que el avión de las aerolíneas emiratíes con el que volamos a Nueva Zelanda es el nuevo A380, el avión de pasajeros más grande del mundo, capaz de transportar a más de 850 pasajeros sin contar la tripulación.

La inmigración es bastante estricta al igual que Australia con el tema de la comida y cosas orgánicas, pero lo que miran más es si se lleva tierra pegada en las botas y el material de camping. A mi me quitaron la tienda de campaña para meterla en una máquina y desinfectarla.

Aunque parezca que Nueva Zelanda esta muy cerca de Australia, lo cierto es que son tres horas y media de vuelo hasta la ciudad más grande del país, Auckland; adelantamos los relojes un par de horas más y ya son 12 horas de diferencia horaria con España.

Nueva Zelanda se compone de muchas islas, pero principalmente dos, llamadas simplemente Isla del Norte e Isla del Sur; siendo la población de nueva Zelanda de casi 4 millones y medio, más de una cuarta parte se encuentra en la ciudad de Auckland.

Esperábamos de Auckland una ciudad tan moderna como cualquiera de Australia, pero nos sorprendió, aunque por supuesto es una ciudad desarrollada como cualquiera del primer mundo, Auckland se ve un poco desdejado en algunas áreas y hay muchas obras en la ciudad que dificultan el trafico, al menos esa fue la impresión que nos dio al llegar desde la moderna Sydney.

Una gran diferencia respecto a Australia, y un alivio, son los precios; Nueva Zelanda es bastante más barato que el país vecino y aunque siempre está fuera de nuestro presupuesto, nos podemos permitir unas noches en un dormitorio en el centro de la ciudad, los cuales están sobre los 20 o 25 NZ$, (11,5€ - 14,4€)

El primer tema a solucionar en la ciudad era ver cómo íbamos a viajar por Nueva Zelanda; como aún seguimos viajando con Jose y Marian, un vehículo sería lo más apropiado, por lo que estuvimos de nuevo barajando la posibilidad de comprar un coche como en Australia, pero al final no quisimos tentar a la suerte y lo descartamos, lo de Australia salió muy bien.
La opción de alquilar no es descabellada pues en Nueva Zelanda es barato y dependiendo del tiempo que lo vayas a usar te hacen mejor precio. Mirando precios de vehículos para el periodo en el que mis padres viajarán con nosotros salía un poco caro, más aún por devolver el coche en otra parte del país; lo que ocurrió finalmente es que alquilamos el coche para con mis padres y para después nosotros, ya que al alquilarlo por un periodo largo y devolviéndolo al mismo punto de partida, salía igual de precio que por 20 días de la otra forma. Así pues conseguimos un Nissan Station Wagon grande lo suficiente como para dormir en él por 25NZ$ al día.

Lo que primero llama la atención de Auckland es que está asentada entre 48 volcanes, es el llamado “Campo Volcánico de Auckland”, que provocaron hace 50.000 años la creación del istmo donde se asienta la ciudad; istmo que en un futuro lejano será inundado juntando las aguas del Pacifico y del Mar de Tasmania formando así una tercera isla.

Hay varios puntos desde donde observar la ciudad, el más alto de ellos es el Monte Eden (196 metros) con un gran cráter en su cumbre.



Pero el más famoso de todos es “One Tree Hill” (La Colina de Un Árbol), igualmente hay vistas de 360º, y varios cráteres salpicados en las laderas, pero lo que hace especial a esta montaña es su historia.
En lo alto de esta colina se hallaba la mayor fortaleza maorí del país, las cuales eran llamadas “pa”; en ella había un árbol autóctono considerado sagrado en su cultura, pero los colonos británicos talaron dicho árbol en 1.852, así como la expropiación de las tierras maoríes.
Los británicos plantaron otro árbol en el lugar del sagrado, pero la continua tensión desencadenó el primer ataque contra el árbol en 1.994, siendo talado por activistas maoríes en el año 2.000; por lo tanto en la cumbre del One Tree Hill ya no hay ningún árbol, tan sólo un obelisco dedicado a los maorís y la tumba del antiguo propietario de las tierras, John Logan Campbell.


Se cree que los maoríes llegaron a Nueva Zelanda entre el año 1.000 y 1.200 provenientes de las islas del Pacifico. Al contrario que los nativos australianos, los maorís de hoy en día están totalmente integrados en la sociedad neo zelandesa; para palpar parte de su cultura solamente se puede a través de espectáculos para turistas previo pago (y no barato). La lengua maorí se hizo oficial hace años y ahora en la mayoría de lugares públicos todo está escrito en inglés y maorí. Otra cosa sorprendente de ésta raza es su constitución, los maorís son muy muy grandes.

Desde cualquiera de los puntos antes descritos es visible la Sky Tower (Torre del Cielo), situada en el centro de Auckland y que con sus 328 metros de altura, la hacen la estructura más alta del Hemisferio Sur.
Siempre es muy curioso como en cada país del mundo se intenta tener algo que sea “lo más del mundo” pero particularmente en Australia o Nueva Zelanda se tiende a colocar siempre la etiqueta de “lo más del Hemisferio Sur”


El museo de Auckland es digno de visitar debido a su excelente colección de artilugios de las diferentes culturas del Pacifico. Separado en secciones, se pueden ver cosas de la cultura de Tonga, Samoa, Fiji, Papúa Nueva Guinea, etc… Desde tallas, mascaras, armas, instrumentos de tatuar (algo muy importante en la cultura maorí), y fotografías impresionantes de los nativos hechas por los primeros occidentales que llegaron a la zona. También vimos al animal nacional por excelencia, el kiwi; vimos varios disecados, ya que verlos vivos es muy complicado a no ser que sea en un zoo, y aún así es difícil pues este animal es hipersensible a la luz y el ruido. El animal es de lo más extraño, es de un tamaño menor a una gallina con la peculiaridad de ser un ave sin alas, con un pico muy largo, y pone los huevos más grandes del mundo respecto al tamaño del animal.



Auckland tiene bastantes cosas que hacer pero con el tema de la búsqueda del coche nos habíamos demorado tanto que teníamos muchas ganas de salir a descubrir toda la belleza de la que nos habían hablado sobre Nueva Zelanda.
Antes de marchar compramos una cocina de gas como la de Australia y nos equipamos con cosas para vivir de nuevo en el coche.

Aunque el tiempo seguía sin acompañar, atravesando la península de Coromandel vemos la gran belleza de la naturaleza, el parque esta tupido de una vegetación impenetrable con peñascos de piedra sobresaliendo entre ella, y en la costa este de Coromandel llegamos al primer punto curioso, “Hot Water Beach” (la playa de agua caliente).

El efecto de unas rocas calientes subterráneas, hace que en cierto punto de ésta playa haya una temperatura muy agradable al excavar un hoyo, pero dado al reducido recinto donde esto ocurre, el lugar está completamente lleno de gente haciendo agujeros y metiéndose en ellos para relajarse dentro una especie de jacuzzi personalizado. Dentro de la “zona caliente” hay que ir al sitio adecuado pues en el mismo centro el agua es tan caliente que no se puede soportar. Sólo es accesible cuando hay marea baja, por lo contrario, estaría cubierto por el mar.



Alrededor del centro de la Isla Norte se encuentra el área geotermal más importante del país, su ciudad más importante es Rotorua, junto al lago del mismo nombre.
En la misma ciudad de Rotorua hay un parque público donde se encuentras varias fuentes de vapor con barro burbujeante y fumarolas con olor a sulfuro, es decir, olor bastante asqueroso en ocasiones.


A orillas del Lago Rotorua, está el barrio de Ohinemutu, lugar donde se junta cultura maorí y colonial, como la iglesia anglicana de St. Faith’s en la que aparece Cristo con una capa tradicional maorí.
Esta zona es tan activa que en muchas partes aparecen fumarolas entre el asfalto, el cual ha sido derretido por las altas temperaturas del suelo, o se ven chimeneas construidas para sacar el vapor o agua hirviendo a presión y conducirlo a otras partes lejos de las casas; hasta las alcantarillas rezuman y suenan debido a la fuerza térmica.



En Rotorua se puede uno pasar días explorando curiosos lugares pero por desgracia debemos elegir unos pocos; está claro que NADA es gratis y especialmente Nueva Zelanda está muy bien preparado para el turismo, pero los precios son excesivos en la mayoría de ocasiones. De todas formas, a nuestro parecer elegimos bien, yendo a una de las reservas termales más famosas, Wai-O-Tapu, traducido como “aguas sagradas” en maorí.
Dentro del recinto, está el Geiser Lady Knox que hace erupciones regularmente, pero para el deleite de los espectadores, provocan su erupción todos los días a la misma hora. Vertiendo un jabón biológico dentro del geiser, éste comienza a escupir espuma y en pocos minutos sale un chorro de agua a presión que dura por una hora y alcanza una altura de 20 metros.


Wai-O-Tapu se caracteriza por sus colores; todo está lleno de cráteres con barro en ebullición, fumarolas, etc… pero lo más sorprendente son los colores; hay un lugar que lo llaman “La paleta del pintor”, es una superficie plana donde destacan colores amarillos, verdes, naranjas, y en medio de ellos la “Champagne Pool” (piscina de champán) llamada así por su color exactamente igual, además de unas pequeñas burbujas constantes que salen debido a su alta temperatura al borde de la ebullición.



Justo en el corazón de la Isla Norte está el lago más grande del país, el Lago Taupo, el cual se asienta en la cuenca de una gran volcán que destruyó la isla hace 26.500 años en una súper explosión similar a la de Toba en Sumatra, sin llegar a tal magnitud.


La zona sigue siendo muy activa con erupciones volcánicas de vez en cuando, y prueba de ello es el Parque Nacional de Tongariro, al sur de Taupo y dominado por tres volcanes, el Tongariro, el Ngauruhoe y el Ruapehu.
Tras el Lago Taupo está el Lago Rotoaira con buenas vistas del Parque.



Hay una famosa caminata en el parque llamada “Tongariro Alpine Crossing”, se dice con razón que es una de las mejores marchas de un día del país, pero al empezar en un punto y terminar en otro lo mejor es reservarse un transporte que te lleva y te trae de vuelta, no es muy barato, pero es asequible y te olvidas de complicaciones para disfrutar al máximo de la caminata.

Comenzamos a las seis de la mañana cerca de la cabaña de Mangatepopo; el camino hasta la base del primer volcán, el Ngauruhoe (2.287 metros) es conocido por ser el escenario de la película “El Señor de los Anillos” concretamente la tierra de Mordor, haciendo el volcán del ficticio Monte Doom.


El ascenso del Ngauruhoe es una ruta adicional de la marcha original, es una subida muy empinada y difícil pero cada paso hacia arriba te das cuenta de cuánto merece la pena; las vistas sobre todo el parque son increíbles, llegando la vista incluso hasta el Lago Taupo.
Antes de llegar a la cumbre, hay agujeros por donde salen fumarolas sulfurosas, afortunadamente el volcán estuvo tranquilo, su última erupción fue en 1.975.
Al llegar a la cumbre se ven vistas de la parte sur; el Ruapehu (2.797 metros) aparece en toda plenitud con dos bonitos lagos azules entre ambos volcanes. El Ruapehu es el más activo y peligroso de los tres volcanes, su última erupción fue en el 2.007.



De nuevo en la senda de la marcha, ésta continua por el cráter rojo, asciende de nuevo y baja hacia los lagos esmeralda y el lago azul.



La zona es seca, sin vida, llena de rocas volcánicas de toda la actividad que ha habido aquí. Es un lugar alucinante y cada esquina que se tuerce uno encuentra una nueva maravilla.



Bajando hacia el otro lado se tienen vistas del Lago Taupo y del Lago Rotoaira, la marcha es completa y se disfruta hasta el último momento, cuando ésta atraviesa un bosque que nos devuelve de nuevo a mundo real.


Terminamos bastante cansados, muy contentos pero sedientos; de vuelta al camping preguntamos donde comprar unas cervezas al hombre que organizaba los autobuses que te llevan y traen de la caminata; al no haber nada cerca, éste tuvo el gran detalle de regalarnos unas cervezas.

Seguimos rumbo al sur, en dirección a la capital del país Wellington donde cruzan los ferry a la Isla Sur.

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