Nuestra estancia en La Línea de la Concepción se limitó a la noche que llegamos; donde disfrutamos del ambientazo nocturno de la ciudad, con multitud de ingleses venidos de Gibraltar en busca de la “vidilla española”
La mañana siguiente amaneció espectacular…
En la concurrida frontera entre el territorio español y Gibraltar, no nos pidieron ni la documentación. Lo primero que nos encontramos es el aeropuerto, con la pista perpendicular a la carretera principal, sorprendente cruzar con el coche por donde despegan y aterrizan los aviones.
Gibraltar tiene una calle principal que recorrimos hasta el extremo sur; durante el camino me iba fijando en que la ciudad se amontona en las laderas de roca que salen del mar. Rocas que forman una fortaleza natural, y donde no hay éstas, había sido construido por el ser humano de tal forma que todo el peñón quedaba totalmente fortificado; señal de décadas de invasiones, ocupaciones, guerras… con el objetivo de adquirir uno de los puntos más estratégicos del mundo.
El Peñón es realmente una escarpada montaña que arranca del mar, hasta los 426 metros de altura en su punto máximo. Es una especia de cresta con varios picos que sobresalen, y precisamente esto es lo que más nos interesaba del territorio de ultramar del Reino Unido.
Toda ésta área montañosa esta llena de senderos muy empinados con vistas de escandalo en cualquier dirección. Por supuesto fuimos caminando, en mucha parte también por los altos precios que ponen para acceder con el coche en esta zona, por no hablar de las malas conversiones que nos daban, ya que al pagar en euros en ocasiones te hacían un cambio de 1£=2€.
En el camino nos encontramos con monos, y aún acostumbrados a verlos en cualquier parte en Asia, no le dimos importancia en un principio. Pero claro estábamos en España, o bueno, en Inglaterra; sobre esto la polémica está servida. Después nos enteramos que el macaco de Gibraltar es el único primate que vive en libertad en toda Europa; de todas formas, aunque sean macacos europeos hay que cuidar las mismas formas que con sus primos asiáticos porque como tengas comida el acoso es continuo.
Las vistas desde una de las cumbres del peñón que alcanzamos son impresionantes. El día era tan claro, tan limpio, que la vista alcanzaba Sierra Nevada en Granada con sus cumbres nevadas. Por no decir la línea costera marroquí, con el enclave español de Ceuta, y toda la bahía de Algeciras.
En la concurrida frontera entre el territorio español y Gibraltar, no nos pidieron ni la documentación. Lo primero que nos encontramos es el aeropuerto, con la pista perpendicular a la carretera principal, sorprendente cruzar con el coche por donde despegan y aterrizan los aviones.
Gibraltar tiene una calle principal que recorrimos hasta el extremo sur; durante el camino me iba fijando en que la ciudad se amontona en las laderas de roca que salen del mar. Rocas que forman una fortaleza natural, y donde no hay éstas, había sido construido por el ser humano de tal forma que todo el peñón quedaba totalmente fortificado; señal de décadas de invasiones, ocupaciones, guerras… con el objetivo de adquirir uno de los puntos más estratégicos del mundo.
El Peñón es realmente una escarpada montaña que arranca del mar, hasta los 426 metros de altura en su punto máximo. Es una especia de cresta con varios picos que sobresalen, y precisamente esto es lo que más nos interesaba del territorio de ultramar del Reino Unido.
Toda ésta área montañosa esta llena de senderos muy empinados con vistas de escandalo en cualquier dirección. Por supuesto fuimos caminando, en mucha parte también por los altos precios que ponen para acceder con el coche en esta zona, por no hablar de las malas conversiones que nos daban, ya que al pagar en euros en ocasiones te hacían un cambio de 1£=2€.
En el camino nos encontramos con monos, y aún acostumbrados a verlos en cualquier parte en Asia, no le dimos importancia en un principio. Pero claro estábamos en España, o bueno, en Inglaterra; sobre esto la polémica está servida. Después nos enteramos que el macaco de Gibraltar es el único primate que vive en libertad en toda Europa; de todas formas, aunque sean macacos europeos hay que cuidar las mismas formas que con sus primos asiáticos porque como tengas comida el acoso es continuo.
Las vistas desde una de las cumbres del peñón que alcanzamos son impresionantes. El día era tan claro, tan limpio, que la vista alcanzaba Sierra Nevada en Granada con sus cumbres nevadas. Por no decir la línea costera marroquí, con el enclave español de Ceuta, y toda la bahía de Algeciras.
Que ganas de ir a Gibraltar. Yo no voy ni gratis.
ResponderEliminarLuis.
La verdad es que yo llevo tiempo pensando que con lo curioso que es Gibraltar y no lo conzco... yo sí que tengo ganas de ir, y quizá esté loca como Luis (el del comentario anterior) dice pero me apetece y después de ver vuestras fotos muchísimo más.
ResponderEliminarSaludos desde yoadoroviajar.blogspot.com
Trini
si queréis nos seguimos.