29 octubre 2010

AUSTRALIA, THE TOP END

El aeropuerto de Dili tiene un par de mostradores móviles con dos ordenadores portátiles para así no perder los datos cuando se cae la electricidad; como ya contábamos en la entrada anterior, Dili sólo tiene vuelos a tres ciudades, y una de ellas es Darwin en el extremo norte de Australia, donde llegamos en tan sólo una hora de vuelo.
El cambio que está a punto de producirse es quizá el más radical de todo el viaje; saltamos al continente de Oceanía, dejando detrás Asia, donde hemos pasado tanto tiempo que al volver a una cultura occidental es un choque tremendo.

La inmigración tuvo lo suyo; los policías al ver que sólo nos quedaba una hoja libre de nuestro segundo pasaporte del viaje, nos llevaron a parte y comenzaron a mirar todas las visas y a hacernos preguntas de cómo financiábamos nuestro viaje, de cuánto dinero disponíamos… Como es común entre viajeros pasar por Australia a trabajar, nos insistieron mucho en el tema del trabajo, que NO podemos trabajar en Australia bajo ningún concepto. Después llegó la parte del chequeo; en Australia no se puede introducir nada de comida o semillas…nada que sea orgánico, es realmente estricto, si no declaras te pueden multar. Así que por si acaso declaramos unos paquetes de noodle instantáneos que nos habían sobrado de Timor Leste, y más vueltas que nos hicieron dar.

Para mí es la tercera vez que piso Australia y la segunda aquí en Darwin y el Territorio Norte; para María es la segunda vez en el país y su primera vez en el norte.
Los primeros días en Darwin estuvimos en estado de “shock” y readaptándonos a un mundo organizado, limpio, silencioso, y lo peor de todo, caro, muy caro.

Al salir del aeropuerto de Darwin celebramos con alegría la llegada a Australia pues es la meta y objetivo del viaje que comenzó hace más de tres años y medio en Cantabria; pero llegar a Australia no era el fin esencial del viaje, por eso, aquí no termina nuestro periplo, aún nos queda conocer un poco de este enorme país, de unas dimensiones como 15 “Españas”, sólo que la población total es de 22 millones de personas.


Son muchas las sensaciones al dar los primeros pasos en Darwin, lo que más nos llama la atención es el silencio a pesar de haber coches circulando, coches que circulan ordenadamente y sin hacer sonar el claxon para nada. Para la gente que nos cruzamos en la calle somos “unos más” y nadie nos llama, ni nos saluda, ni nos vende algo… También una gran sorpresa en el supermercado; como siempre tratando de buscar lo más barato para comer, nos damos cuenta que de nuevo, cosas como queso, jamón york, o un salchichón (no como los de España) son asequibles para nuestro bolsillo en comparación con la vida en Australia, así que los primeros días estamos encantados dándonos grandes festines de queso, jamón york, mortadela...
Por supuesto los precios de los dormitorios u hoteles no son aptos para nuestros bolsillos, el precio por cama en Australia esta por los 20 AU$, o 25AU$, (entre 15 y 18€), así que de nuevo tratamos de buscar anfitriones en Couchsurfing o buscarnos la vida como sea.
Contactamos primero con Amanda, quien vive con su madre de origen italiano y sus hermanas; su casa nos parecía de lujo porque hacía mucho tiempo que no veíamos cosas del hogar tan modernas, cosas cotidianas que tiene cualquiera en Europa, pero que ahora prestamos más atención a ellas. Amanda nos presentó a su mascota, una serpiente de unos 80cm; y nos invitó a una barbacoa de pollo. Sólo pasamos una noche en su casa y al día siguiente nos movimos de casa con Tina, otra Couchsurfer con quien estuvimos cuatro noches.



Viniendo de donde venimos, el precio del bus urbano en Darwin nos resulta un tanto caro pues vale 2AU$ por 3 horas de autobús en la ciudad. El segundo día tuvimos una buena experiencia de esas que se quedan grabadas; esperando al bus nos damos cuenta que sólo tenemos billetes de 50 dólares, entonces cuando se acercó un australiano a la parada de bus le preguntamos si sabía dónde podíamos cambiar el billete; como íbamos al mismo destino éste nos dio 4AU$ y nos dijo que luego se lo devolveríamos al llegar. Justo lo llamó un amigo que venía a recogerlo y aunque ya no iba en el bus, éste nos dijo que nos quedásemos con los 4 dólares. Quizá para él no era mucho dinero pero para nosotros es la mitad de dinero con el que hemos vivido cada uno durante los últimos años…
Recordábamos a los australianos como gente muy simpática, y realmente es así; cuando se va a comprar algo siempre tratan de entablar conversación, incluso las cajeras de los grandes supermercados te hacen comentarios de lo que estas comprando, y te preguntan cómo ha ido el día… es curioso y muy agradable a la vez.
Australia está dividido en ocho estados; nosotros comenzamos recorriendo el estado de Northern Territory (Territorio Norte) que abarca parte del norte y centro del país; con una dimensión de casi tres veces España, la población del Territorio Norte escasamente supera los 200.000. El Territorio Norte se divide a su vez en el “Top End”, es decir la parte más al norte y con un clima tropical, y el “Red Centre” (Centro Rojo), más seco y desértico.
Justo cuando hemos llegado a Darwin comienza la época húmeda en el Top End, que generalmente está muy bien definida, lo que significa que si comienza la época húmeda, llueve de verdad y casi cada día; lo cual se transforma en calurosísimos días; muy muy húmedos, y con unos mosquitos de dimensiones antinaturales y agresivos como jamás hemos visto.

Inevitablemente una de las primeras cosas que nos llama la atención en Darwin son los Aborígenes, y el estado en el que se encuentran. Los Aborígenes han poblado éstas tierras durante miles de años y en tan sólo 200 años han tenido que adaptarse a vivir en un mundo moderno, dejando atrás la prehistoria. Actualmente muchos de los Aborígenes que se ven en Darwin y en otras ciudades del Territorio Norte, están borrachos o drogados por la calle. Es desconcertante y muy triste ver en una sociedad avanzada toda ésta gente gritándose por la calle, tirados por el suelo, dando tumbos y en ocasiones pegándose puñetazos y montando escenas en las que tiene que intervenir la policía.
Los Aborígenes reciben un salario sin necesidad de trabajar y tienen una serie de ayudas del gobierno que otros australianos no tienen. Pero el por qué de todo esto es algo que nadie nos sabe contestar. Cuando intentamos tratar sobre el tema Aborigen con alguien, la primera respuesta es: “es muy complicado…”
En mi otro viaje recuerdo ver a los aborígenes en los parques bebiendo alcohol, pero ahora se han impuesto leyes muy estrictas, está prohibido beber alcohol en los parques y en la mayoría de sitios públicos; y aunque en Darwin es menos estricto, en el Territorio Norte hay restricciones para el alcohol y cuando se compra éste, meten tus datos en un ordenador central para tener controlado a todo el mundo; sin duda todas estas restricciones se han hecho por los Aborígenes.

Tina, la chica que nos aloja, vive en el barrio de Nightcliff donde hay una bonita línea costera, con playas solitarias entre cada tramo rocoso. Las playas están solitarias debido al peligro de la “avispa de mar”, la más letal de todas las medusas, la cual suele ocasionar la muerte cuando los tentáculos tocan el cuerpo humano. Hay unos pocos meses en los que el riesgo de que haya medusas es menor, pero aún así ni locales se atreven a bañarse.



En el centro de Darwin esta el “Waterfront” un área muy bonito con un entrante de mar, el cual han rodeado y asegurado para que no haya medusas y así poder bañarse la gente.



En el museo del Territorio Norte hay una interesante sala donde se relatan los hechos del Ciclón Tracy; un ciclón que destruyó el 70% de los edificios de Darwin en la Nochebuena de 1.974; las ráfagas de viento alcanzaron los 265km/h. Por aquel entonces las casas de Darwin estaban construidas sobre pilares, teniendo así un buen sistema de ventilación, pero fue precisamente eso lo que hizo volar a todas las casas; ahora todas se construyen de una planta y sin pilares.

Nuestros días en Darwin fueron más que nada para pensar qué vamos a ver en Australia y cómo hacerlo. Las distancias son enormes en éste país y siempre se tiende a subestimar porque hay muy pocas poblaciones en tan grande tierra, solamente desde Darwin a Alice Springs en el centro del país son más de 1.600km con dos poblaciones entre medio que apenas superan los 3.000 habitantes. Hay varias compañías de relocalización de coches en las que puede salir muy barato viajar si encuentras una oferta a tu gusto, pero eso no siempre ocurre, estuvimos mirando todos los días en internet pero nunca salió una oferta para viajar al sur. Para ir a internet vamos a la biblioteca, el único sitio gratuito de Darwin, encontrar una línea de wifi abierta es imposible, el internet es tan caro que todo el mundo tiene con código.

Tras cinco días en Darwin tomamos la decisión de intentar viajar a dedo como siempre hicimos, pues cualquier otra opción es demasiado cara, pero ésta vez tuvimos que llevarnos un montón de agua y comida pues no sabemos dónde podemos terminar y hay muchas áreas despobladas en Australia.
Antes de irnos disfrutamos de una magnifica puesta de sol en la playa de Mindil…


Nos pusimos como objetivo, tratar de llegar al Parque de Litchfield en autostop, así pues fuimos a las afueras de Darwin, en el comienzo de la Stuart Highway que atraviesa el país de norte a sur, y a los 20 minutos paró una señora de 75 años que nos llevó unos 60km. Como a veces suele pasar la mujer nos dejó en un sitio muy malo y tuvimos que hablar con un chico en una gasolinera que nos llevó de nuevo a la Stuart Highway; otro chico nos llevó al último pueblo antes de Litchfield, Batchelor; y aquí ocurrió el encuentro que cambiaría 180 grados nuestro viaje en Australia.


Con un calor tremendo seguimos haciendo dedo en la carretera y a los 5 minutos paró a recogernos una pareja de viajeros de Taiwán que también iban a visitar Litchfield por unos días. Rápido conectamos con los chicos, Howard y Joyce, ellos llevan casi un año en Australia viajando y trabajando, una gran idea pues simplemente recogiendo fruta se sacan un sueldo de entre 18 y 20 dólares por hora, y es muy fácil encontrar trabajo con el “working holiday visa” (visa de turismo-trabajo)
Fue una suerte tremenda conocer a estos chicos, primero porque como ellos van también de visita fueron parando en lugares interesantes del parque como los grandes termiteros, construidos por las termitas así para que puedan resistir durante la época de lluvias cuando todo se inunda.


Dentro del parque hay varias zonas de acampada y estos se pagan mediante la llamada “caja de honestidad”, donde hay unos sobres y se introduce la cantidad de dólares que indica.


Acampamos cerca de las cascadas de Florence, una laguna con dos cascadas que caen de las rocas. El acceso está muy bien preparado, hay paneles informativos que explican todo, diferentes caminatas señalizadas, e incluso marcadores de temperatura y humedad para recordarte que debes tomar agua continuamente; la temperatura era de 38ºC y un 82% de humedad.



A medida que pasó el día hicimos amistad con Howard y Joyce, y como ellos van después hasta Katherine les propusimos compartir los gastos del combustible con ellos, a lo que aceptaron.
Pasamos el día siguiente por el parque visitando lugares como las cascadas de Tolmer donde el desgaste de la piedra ha formado un puente natural de piedra.


Luego pasamos el día en las paradisiacas cascadas de Wangi, del estilo a las Florence pero mucho más grandes e impresionantes.
Algo bueno de Australia es que se ve mucha vida animal en los parques; por la mañana al levantarnos, los wallaby (especie de canguro más pequeño) siempre rondan por el camping, se ven muchos pájaros tropicales y grandes murciélagos conocidos como “zorro volador”



Respecto a otros animales, están los cocodrilos de agua dulce (relativamente inofensivos) y los cocodrilos de estuario, (realmente peligrosos); aunque éstas áreas donde nos movemos están protegidas, a veces se filtra algún cocodrilo y tienen que cerrar las lagunas para que no se bañe la gente.


Katherine es el primer pueblo desde Darwin en dirección sur, a 300km de éste; Los chicos de Taiwán vienen aquí para vender su coche a una persona, pero ésta persona no se presentó, entonces comenzamos a pensar que viajando en autostop sería muy difícil alcanzar muchos de los lugares interesantes que hay en Australia y tomamos la decisión de comprarles el coche nosotros por varios motivos; dos de ellos son que Howard y Joyce son gente muy honesta que nos dijeron todo lo que el coche tenía o no tenía, además es diferente cuando compras un coche a un desconocido que a alguien que digamos, es tu amigo… segundo, el precio era muy bueno, 1.600 AU$ (1.150€) por un Ford Falcon del 95, que el mecánico nos aseguró que tenía aún muy buen motor.
Es un cambio drástico en nuestro viaje, con esta compra ya no es posible viajar con nuestro presupuesto de 6€ al día; pero sin duda es la mejor y más económica manera de viajar en Australia.

Pasamos cuatro días en un camping en Katherine para hacer todo el papeleo, la verdad que muy sencillo, sólo hay que enviar unos papeles por correo y el coche en nuestro. Es curioso que en Australia se ha de pagar algo así como la “ITV” en España, llamada aquí REGO, pero ésta tasa incluye un seguro del gobierno para cualquier daño a terceras personas (sólo personas). A parte, el seguro de terceros que en España es obligatorio, aquí es opcional, de todas formas compramos uno por si acaso…
Katherine fue una lugar ideal en parte para comprar el coche porque es tan pequeño que no hay que dar muchas vueltas, por otro lado, necesitábamos internet y esto es un gran problema en el Territorio Norte; si se quiere internet se tiene pagando por supuesto pero es muy muy caro; suerte que en Katherine hay un McDonald’s con wifi donde podíamos ir aunque no consumiéramos…
Durante estos días, consolidamos la amistad con Howard y Joyce y cada noche preparábamos cenas en el camping e intercambiábamos historias de nuestro país y el suyo, Taiwán.


Cuesta adaptarse un poco al conducir por la izquierda, con el volante en la derecha y además un coche automático (en Australia es muy típico). Pero lo mejor de todo es que el primer día que cogimos el coche y decidimos a dónde queríamos ir, fue una sensación curiosa, en la que valoramos realmente el valor que tiene un vehículo que te lleva donde quieras. Durante los últimos casi cuatro años hemos estado pendientes de autobuses, trenes, esperas en la carretera para hacer autostop, largas caminatas… y aunque viajar así es lo mejor y nos ha encantado, sin duda el coche marca una nueva etapa.

8 comentarios:

  1. Y, ahora???? Tienen que cruzar a America!!!! Sigan al Naranjito Español....
    http://blogs.lavozdegalicia.es/jorgesierra/
    Pueden buscarlo tambien en Facebook, el ya llego a Chile

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  2. sois unos campeones ANIMO desde la FONTANILLA

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  3. Genial, ya habeis cumplido vuestro objetivo. Lo del coche es increible, porque así podeis decidir adonde vais.
    Ahora disfrutad de Australia, y seguir contando vuestras historias que enganchan...

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  4. ¡Enhorabuena! Os empecé a leer hace tres años y ahora ya estais en Australia. Es estupendo. Gracias a vuestro blog conocí couchsurfing y puedo empezar a planear viajes económicos. ¡No os canseis nunca de viajar! Un saludo desde Lleida.

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