27 noviembre 2010

AUSTRALIA MERIDIONAL

Rodando con el Ford Falcon cientos de kilómetros al sur, cruzamos la frontera del Territorio Norte y entramos en el estado de Australia Meridional. El Outback del Sur de Australia sigue siendo una infinita planicie pero al carecer de vegetación impresiona aún más.




El primer pueblo significante que nos encontramos es Coober Pedy, el lugar con más minas de ópalos y donde se extrae la mayoría de éste tipo de piedra preciosa de todo el mundo; al llegar se ve toda la tierra levantada en pilas blancas junto a las máquinas. Coober Pedy se creó a comienzos del siglo XX cuando exploradores descubrieron la piedra preciosa en las tierras secas de la región y se comenzó a minar el suelo; el nombre del pueblo es una derivación de un término aborigen que éstos pusieron con la llegada del hombre blanco y que significa, “los agujeros del hombre blanco”.


Tras una semana durmiendo en áreas de descanso, en Coober Pedy cogimos un camping para cargar las baterías de los aparatos y descansar un poco, además de una buena ducha caliente.
Es muy curiosa la vista de Coober Pedy desde lo alto, entre lo seco del terreno, el color de la tierra, las viejas minas y las casas excavadas en el suelo, parece un pueblo construido en mitad de una cantera.


Algo muy peculiar de aquí es que la mayoría de la gente vive bajo tierra para soportar mejor las extremas temperaturas que en verano alcanzan los 50 grados.
La mejor forma de ver un poco de todo fue unirnos a un tour guiado por una vieja mina; primero vimos una película de 20 minutos en un cine subterráneo donde explicaban la formación del ópalo, teniendo éste su origen a raíz de los sedimentos que quedaron del mar que cubría esta zona hace cientos de miles de años.
Luego el mismo guía nos mostró la casa donde vive; una casa normal con el salón, dormitorio, baño… pero bajo tierra; paredes y techos rectos perfectamente excavados en la roca.


Seguido visitamos una antigua mina en la cual ya se agotó el ópalo y han hecho de ella un museo; en las grietas se puede ver aún ópalo blanco que carece de valor, tan sólo el 10% del ópalo extraído es vendible en el mercado.



La mayoría de las tiendas son también subterráneas, incluso las iglesias están bajo tierra.



En los alrededores de Coober Pedy está el “Brekaways”, un lugar donde la planicie se extiende más allá del horizonte y donde aparecen extrañas formaciones rocosas de diferentes colores. Debido a lo “extraterrestre” que parece el lugar, ha sido escenario de películas como “Mad Max III”; “Pitch Black”; “Planeta Rojo”; “Priscilla la reina del desierto” y otras más. También han quedado restos en Coober Pedy de alguna de estas películas futuristas como una nave espacial fabricada con restos de viejos aparatos eléctricos.



Uno de los lugares más curiosos son dos montículos llamados “el castillo”, a pesar de estar unidos, uno es de color blanco y el otro ocre.



El Brekaways es atravesado por la “Dog Fence”, la valla más larga del mundo con 5.300 km de largo; ésta comienza en Queensland y termina en el sur de Australia Meridional; su construcción separa el área de la ganadería bovina en el norte, de la ovina al sur de la valla; pero su motivo real es mantener el área ovino libre de dingos, ya que un sólo dingo puede ser fatal para el ganado. Cualquier ganadero tiene licencia para disparar a un dingo al sur de dicha valla.


El “Moon Plain”, (Planicie Lunar) es otro lugar muy peculiar, como su nombre indica, parece un sitio sacado de otro planeta. En Coober Pedy se ven recortes de periódico de un documento sacado hace años, el cual dice “No hay un lugar como en casa excepto en Marte”; en el documento aparece una foto de Marte y otra del “Moon Plain” y es exactamente igual…


En Coober Pedy dejamos la Stuart Highway para buscar un poco de aventura y seguir hacia el sur por rutas alternativas, lo cual significa, carreteras de tierra en las que si llueve se haría impasable para nuestro Ford. Pero la suerte estuvo de nuestro lado; primero tomamos la carretera a William Creek donde el terreno sigue siendo completamente plano; tan sólo pasamos junto a algún pequeño lago que increíblemente se mantiene en estas áridas tierras.
Un poco antes de llegar a William Creek pasamos junto a la estación ganadera más grande del mundo con 23.777 km2, casi el mismo tamaño que la comunidad de Galicia.


Aquí enlazamos con la Carretera de Oodnadatta, la cual recorre parte de la antigua línea de ferrocarril. William Creek fue una importante estación ferroviaria, ahora es un pequeño pueblo de 8 habitantes; tan sólo hay una tienda, un taller un camping y un pub en el que todos nos miraron al entrar. En el centro del pueblo hay una especie de museo, más bien son recuerdos o restos de cosas curiosas que se han encontrado, por ejemplo hay varios cohetes impulsores de satélites enviados al espacio que luego han caído por aquí cerca, están un poco destrozados pero es interesante ver estos aparatos incluso por dentro. También hay varias tumbas en honor a los fundadores de William Creek, gente reconocida que pasaba por aquí o la tumba de una joven turista que falleció deshidratada en el desierto cuando su caravana quedó atrapada en mitad de la nada; la temperatura en ese tiempo alcanzaba los 60 grados.


La carretera Oodnadatta sigue abierta pero al igual que el día anterior debemos ir muy lentos en ocasiones porque la pista esta tan corrugada que parece que el coche se nos desarma.

El primer lugar curioso del camino fueron los “Mound Springs”, (los manantiales en montículos). A esta altura, el terreno sigue siendo plano, pero la sal comienza a hacer presencia en la superficie; nuevamente a pesar de lo seco del sitio, parece increíble que haya manantiales de agua. Uno de ellos es llamado el “sifón de agua” pues salen burbujas de aire del manantial formando dibujos en el barro del fondo.



Paramos de camino en alguna vieja estación de tren completamente abandonada. La línea comenzó a pasar por la Oodnadatta en 1.891, y debido al deterioro fue cerrada en 1.980 para construir la reciente línea del “Ghan” que va paralela a la Stuart Highway.



La Oodnadatta pasa junto al Lago Eyre Sur, una pequeñísima porción del Lago Eyre asentado en la mayor reserva de agua subterránea del mundo, la Gran Cuenca de Artesian. Su superficie suele estar seca y generalmente es un desierto de sal.


Marree es el fin de la Oodnadatta, tuvimos suerte que la carretera se hubo abierto hacía pocos días, aún así las lluvias dejaron grandes charcas de agua que fueron difíciles de cruzar con el coche.


De nuevo en carreteras asfaltadas paramos a visitar la mina de cobre, motivo de la creación de nuevos pueblos en el área. En 2001 se habían extraído 80 millones de toneladas de cobre en la mina; hay una pequeña exposición con viejas máquinas enormes e incluso una rueda gigante que tiene el record del mundo de kilómetros y horas de trabajo en ese tipo de rueda.



Nuestro amigo Pen de Alice Springs nos puso en contacto con su amiga Glenys para alojarnos aquí cerca en el histórico pueblo de Beltana. Beltana es uno de los pueblos más pequeños de Australia, a pesar que hay varias casas, muchas de ellas son de exposición y están deshabitadas; la población total del pueblo en realidad es de 2 habitantes y una de ellos es Glenys que nos invitó a una buena cena y a pasar la noche su histórica casa, la cual era la antigua estación de policía.



Camino al sur en dirección a Adelaide, paramos en el Parque Nacional de Flinders Ranges; de nuevo metimos el coche con mucho cuidado por carreteras bastante malas, en realidad eran carreteras que discurrían por las gargantas entre montañas, por el mismo río de los cañones.



Sin duda lo más bonito del parque es la variedad de fauna, vimos muchísimos emús salvajes, y asustadizos canguros que huían al acercarnos.



Lagartos muy extraños como el de la lengua azul, el cual tiene una cola del tamaño de la cabeza que hace pasar por otra cabeza y así protegerse de los depredadores, los cuales creen que les está mirando en todo momento.



En los Flinders vino el primer susto grande con los canguros, de nuevo volvemos a repetir lo peligrosos que son estos animales cuando se conduce al amanecer y al atardecer. Conduciendo por la carretera vimos a uno en el arcén, aflojamos la marcha y entonces éste saltó al campo, pero de repente regresó saltando cruzando la carretera; tuvimos muchísima suerte que brincó justo frente al coche y saltó por encima del capó sin tocar éste.

Siguiendo rumbo al sur, comienzan a desaparecer los infinitos paisajes secos y deshabitados; campos de trigo, ganadería ovina, y viñedos sustituyen al Outback, así como pequeños pueblos con casas coloniales muy bonitas con balconadas de madera y porches muy decorados y llenos de plantas.



Adelaide es la capital del estado de Australia Meridional y la primera gran ciudad a la llegamos en el país, con una población de 1,2 millones de habitantes; aunque a pesar de ello, Adelaide más bien parece un gran pueblo, pues es tranquilo, sin problemas de tráfico y con edificios muy bajos que hacen que la ciudad se extienda por una enorme superficie.

Aquí habíamos contactado con Camilo de CS, un chico de origen colombiano que nos alojó por cuatro noches a pesar de ir con la intención de pasar tan sólo dos. Camilo es una de esas personas con la que conectamos muy rápido y pasamos con él todos los días que estuvimos allí.
Adelaida ciudad no tiene mucho que visitar, tan sólo la zona de las universidades tiene algunos edificios interesantes que ver…



Los alrededores de Adelaide están llenos de viñas, y sus bodegas tienen fama de ser de lo mejor de Australia. Camilo nos llevó al valle de MacLaren a visitar varias bodegas para catar vinos; no hace falta ser ningún entendido ni pagar por ello, las catas son gratuitas y se pueden probar diferentes vinos de cada bodega.



Coincidió que en estos días Camilo estaba invitado a una fiesta de “Housewarming”, una fiesta que hace la gente joven cuando se muda a una nueva casa, una especie de inauguración. Al estar nosotros con Camilo fuimos invitados también, tan sólo hay que llevar algo de bebida y a pasarlo bien; el tema de la fiesta era piratas o mexicanos, así que nosotros nos disfrazamos de piratas con ayuda de Camilo y éste se disfrazó de mexicano junto a otro amigo, Mike.



Antes de irnos de la ciudad fuimos nuevamente con Camilo, hasta el monte Loftly de unos 700 metros de altura y con unas vistas impresionantes de toda el área metropolitana de Adelaide.



Sin detenernos mucho recorrimos toda la costa sureste de Australia Meridional, pasando por el parque nacional de Coorong donde tan solo una fina línea de tierra separa el océano de un lago que se extiende por muchos kilómetros; también algunos curiosos lagos como el de la foto de color rosa debido a una alga que se haya en el fondo del lago y que con el sol produce éste efecto.



El Cabo Jaffa, o el bonito pueblo costero de Robe fueron otras interesantes paradas antes de llegar a Mount Gambier.


Mount Gambier es nuestra última parada antes de ir al estado de Victoria, y el comienzo también de una larguísima mala racha de mal tiempo; no sólo frio, si no, mucha mucha lluvia…
Estos días dormimos en áreas de descanso en las que está permitido quedarse a dormir, las cuales hemos encontrado gracias una buena web que encontramos en internet; de esta forma dormimos legalmente en el coche evitando problemas con la policía o los Rangers, y a demás tenemos un mínimo de servicios, al menos un baño.
Para usar internet vamos a las bibliotecas donde es gratuito y donde aprovechamos a cargar las baterías de la cámara de fotos, el móvil…
El lugar que encontramos a las afueras de Mount Gambier era muy bonito a los pies de un volcán extinto llamado Schank, donde se puede caminar por el labio del cráter.
En realidad Mount Gambier fue una zona de gran actividad volcánica pues hay bastantes volcanes y cuevas en la zona. Una de las famosas cuevas (en realidad ya no es una cueva) se derrumbó hace muchos años quedando un gran agujero en la superficie; un hombre llamado Umpherston se dedicó a plantar flores y otros árboles dando lugar a un bonito jardín ahora llamado “el agujero de Umpherston”; se puede observar su obra desde arriba o bajar al agujero y colarse detrás de las plantas trepadoras que parecen cascadas cayendo por la roca.


Pero el símbolo de la ciudad sin duda son dos lagos de muy diferente color y que se hayan también en los cráteres de dos extintos volcanes; el lago del valle de color verde, y el lago azul, llamado así debido a lo increíble de su color, sorprendentemente intenso.