27 enero 2008
EL VALLE DEL NILO
Ya lo tenemos!!!! El Cairo, ya ha pasado a formar parte de la historia en nuestro viaje; aquí hicimos las últimas compras de aprovisionamiento, como una mosquitera, ahora que vamos más adentro de África.
La despedida de Cairo fue en grande; vinieron unos amigos de Hayder, y nos juntamos en un bar, tres americanos, tres iraquíes, dos españoles, un egipcio y un belga…
Pero en el último día, un pequeño despiste en el bus… y nos robaron el teléfono móvil de España; por lo que ahora, hemos adquirido uno nuevo, que iremos renovando con nuevas tarjetas en cada país; también hemos pensado dejar en el blog nuestro número de contacto cada vez que cambiemos de país, por si alguien querría contactar; en este caso el número egipcio es el 0020 18 90 91 852, aunque será válido por poco tiempo; los días en Egipto están contados.
Ya hemos dado por seguro que debemos viajar en autobús o tren lo que nos queda en éste país, porque nadie se atrevería a cogernos, por la responsabilidad que les implica.
Mismamente cuando llegamos a El-Minya, nos estaba esperando Moody de HC, quién tuvo que hacer papeleo y dar todos sus datos a la policía para tenernos controlados. Durante esos días, diferentes controles pasaron por su casa, para ver que todo estaba en “orden”.
El-Minya es la ciudad de Nefertiti, y Akenatón; une el alto y bajo Nilo, el turismo siempre se pasa de largo este lugar; gracias a ello, vimos una cara de Egipto muy diferente, donde por la calle o en el autobús, nos llovían ofertas de tomar té, o de ir a comer a sus casas. La gente en las calles no nos agobian, son muy simpáticos y tranquilos, pero también con sus extrañas creencias como degollar corderos frente a la casa, para untar las manos en su sangre y poner las huellas en las paredes de la calle como símbolo de protección.
Moody y Emil nos llevaron a ver la diferente vida de las aldeas del Nilo; gente muy humilde que vive de la agricultura, ganadería, y de la pesca en un canal contaminado por la vilarcia.
Carretera al sur se encuentra bien diferenciado el cementerio copto, del musulmán; y tras este último, varias tumbas del Imperio Egipcio, con una de las primeras pirámides que se construyeron. Es algo inusual, que las tumbas se encuentren en el lado oriental del rio; pues en el antiguo Egipto, la vida estaba asociada al amanecer, y la muerte al atardecer; por eso, normalmente las tumbas están en el banco occidental, que es por donde se pone el sol.
Las vistas que nos ofrecía el lugar eran increíbles, pero la lluvia y el desconcertante frio en esta parte del planeta, nos impidieron disfrutar tranquilamente de ello.
En los dos cementerios coptos que vimos, tienen la misma costumbre de vivir gente entre las tumbas; por las calles se ven ataúdes, los cuales, sacan cada pocos años para ser reutilizados. En muchas ocasiones el mausoleo del muerto se encuentra en la planta baja, mientras que en la segunda planta, la gente reside, o pasa varios días al año; así como una “casa de veraneo”. Lo malo de éste sistema es que las calles a veces huelen, a no estar bien cerradas las puertas de los nichos, como es el caso de la villa Gebel At-Teir.
Bajando de nuevo al rio, seguimos viendo lugares paradisiacos, mezclados con la vida tan dura de la gente.
El tren a Luxor, se retraso 3 horas (normal en Egipto); fueron 8 interminables horas en un tren sin plazas, apretujados y sin luces en la noche, hasta la ciudad del turismo por excelencia en el país. Cada segundo para la gente de aquí es vital para sacarse un extra con el turista; nosotros que ya conocemos todos los precios, tenemos una lucha diaria con todos; hasta en las mismas tiendas, al día siguiente nos la quieren dar…
Los hoteles más económicos siempre oscilan entre 1,25€ y 1,50€ por persona la noche, así que no hay necesidad de buscarse la vida; además encontramos uno limpio y con agua caliente. Quizá sea algún tipo de presagio que nos dieran el número de habitación que coincidió con nuestro día de viaje numero 306!
Son miles de turistas los que acuden diariamente a éste santuario del antiguo Egipto; cruzando el Nilo, en la parte occidental, está la ciudad de los muertos, o Valle de los Reyes; lugar donde se dio sepulcro a grandes personajes como Ramsés II, Tutankamón, Tutmosis III…así hasta 63 tumbas encontradas; la última y más grande de ellas fue descubierta en 1995, la tumba de los hijos de Ramsés II, quien tuvo unos 80 hijos, varios de ellos con sus propias hijas.
Este gran “cementerio” esta ubicado en un lugar remoto y de difícil acceso, para evitar el saqueo de las tumbas, pero todo ese esfuerzo fue en vano. Las tumbas están escavadas en la roca hacia abajo, la más larga de ellas tiene más de 300 metros y en muchas ocasiones al hacer las excavaciones encontraban otras tumbas, por lo que tenían que dar rodeos. Todas ellas tienen dibujos jeroglíficos en los pasillos, y pinturas de sus dioses y los reyes…Al final del pasillo una gran cámara guarda el sarcófago de granito, una de las cosas que los ladrones no pudieron llevar por su gran peso.
Es sorprendente como se ha podido conservar de esta manera durante miles de años; aunque algunas están deterioradas, principalmente por las generaciones que lo sucedieron, como los cristianos, que borraron parte de las imágenes y grabaron cruces destruyendo las pinturas.
Hacer fotos está prohibidísimo, así que el que quiera ver prueba de ello, debe acercarse a este mágico lugar.
Tras el Valle de los Reyes, se ubica el templo de Hatshepsut, que ha recibido montones de agresiones a lo largo de los siglos, como la destrucción de imágenes por Akenatón, el primer rey monoteísta; o los cristianos cuando lo usaron como monasterio, y destruyeron las imágenes paganas. A parte de esto; terremotos, y por último el atentado de 1997, un golpe muy duro a la economía del turismo en Egipto. Aunque no se ha recuperado del todo, son muchísimos los turistas que acuden aquí, y como en cualquier parte de Luxor, hacer una foto sin gente…es un arte.
A pesar de todo esto, el templo es increíble y se conserva bien, como sus grabados y pinturas que sorprendentemente resisten al paso de los años.
Medinat Habu, es el templo que más nos ha impactado en la orilla oeste, un templo dedicado a la guerra, con grabados de sangrientas batallas donde se ve a los soldados llevando las manos de los enemigos a su cruel rey, para contar las bajas.
Antes de entrar, hay dos capillas del sacrificio, con las pilas donde mataban animales, y circuitos por donde circulaba la sangre, para sus extraños rituales. Las paredes de las capillas están completamente talladas con jeroglíficos. Todo el templo de Habu, se caracteriza por un grabado en la piedra mucho más profundo de lo habitual.
En la parte oriental, en la misma ciudad de Luxor, está el templo del mismo nombre, pero después de ver lo anterior descrito, nos dejó un poco así…Pero nunca decepciona esta gran cultura; la calle de las esfinges, lleva a las dos estatuas de Ramsés II, y al único obelisco que queda. Diferentes cámaras dan prueba de otras generaciones que pasaron por aquí, como Alejandro Magno.
Aquí se dice que Karnak es el templo más grande del mundo, son 1,5km de largo, por 800 metros de ancho; y por él han pasado los reinados mas celebres de Egipto, se necesitarían muchas visitas para comprender bien lo que hay ahí. La entrada comienza con el pasillo de esfinges con cabeza de carnero, y se van sucediendo multitud de salas, la primera de ellas dominada por las efigies de Ramsés II, en la segunda, a uno se le pierde la mirada entre las colosales columnas, indestructibles por su tamaño; estatuas, obeliscos, grabados…harían falta días enteros para verlo todo.
En todos los templos, nunca falta el dios de la fertilidad, la historia cuenta, que cuando los hombres fueron a la guerra, uno de ellos fue el encargado de cuidar a las mujeres; pero las cuidó tanto que dejo embarazadas a 2.000 de ellas; cuando las tropas regresaron, le cortaron una pierna y un brazo como castigo; y así es como aparece en todas las imágenes.
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