Lo primero que hacemos es contactar con Mostafa de CS, que vive en Giza, oficialmente otra ciudad, hoy en día totalmente unida a la gran urbe de El Cairo. Hemos llegado en días de fiesta, el segundo “Heit” del año, tres días en los que se sacrifican animales para repartir su carne entre la familia, los vecinos y la gente pobre; en las calles se ve algún animal preparado para sacrificio, pero lo que más se aprecia es la cantidad de personas; multitudes de gente ocupando las calles, eso unido al tráfico de Cairo resulto ser una gran locura.
Sin duda el momento más esperado aquí, y ya durante algún tiempo atrás, era la llegada de parte de nuestra familia; nos atrevimos a ir en bus hasta el aeropuerto (más de 1 hora), y esto fue lo que nos encontramos….
A partir de aquí Vicky, Marian y Jose, se unen a “dondeandanestos” por unos pocos pero intensos días.
La familia llegó cargada con regalos y provisiones, como alguna “delicatesen” española (embutidos), botas nuevas, y un gran cambio en nuestro equipo, un portátil.
Después de cuatro días en El Cairo, ya nos decidimos a ver la maravilla del mundo que se haya en Giza, las pirámides de Keops, Kefren y Micerinos. Al llegar la gente nos engaña tratando de convencernos que solo se puede entrar en vehículos de tracción animal, pero de los egipcios solo hay que creer una decima parte de lo que digan.
Las tres moles de piedras imponen y destacan sobre las pequeñas pirámides de las mujeres (habitual en estos países); los hombres de los camellos nos acechan constantemente, diciendo que no nos cobran por hacer una foto; claro por decir eso, luego pasa lo que pasa, tenemos movida por no pagarle.
Más abajo está la esfinge, utilizada en el pasado para prácticas de tiro, y la cual posee una enfermedad en su interior, que si no cesa terminara destruyéndola.
Otro lugar que uno no se puede perder, es el museo egipcio; se debe tomar con mucha paciencia pues es enorme y puede terminar cansando; de todas formas es increíble todo lo que nos dejaron personajes de las antiguas dinastías como Tutankamon, Ramsés II, Tuthmosis III…etc…
El museo está en Taharir, el corazón de El Cairo, donde hemos pasado la mayoría del tiempo; para nosotros se puede decir que de vacaciones, pues todo ha sido más relajado, visitando algún bar, restaurante, o fumando la shisha, algo tan tradicional en la vida egipcia.
Hemos sido muy afortunados de encontrar a Mostafa; el día de Nochebuena pudimos preparar una cena en su casa, y hacer una buena fiesta, con una especial comida que nosotros hacia muuucho que no catábamos.
Marchamos al norte en tren, Alexandria, antigua capital griega; aquí nos metimos en las catacumbas y visitamos la gran mezquita. Pero lo más interesante fue encontrarnos la parte “autentica” de la ciudad; pequeñas calles llenas de mercadillos, gente que nos penetraba con sus miradas, y entre todo ello, montañas de escombros y basura.
Decidimos volver al reciente paraíso que conocimos en Sinaí, y disfrutar de ello con la familia; conseguimos un bus desde Alexandria a Nuweiba con una parada en Cairo, 13 horas en total hasta la villa del mar Rojo, donde tuvimos más sorpresas, el reencuentro con recientes amigos…
Mientras van pasando estos días festivos y fríos en España, nosotros estuvimos un par de días bajo el sol subtropical, haciendo snorkling viendo los corales.
De vuelta en El Cairo, no hicimos mucho mas, pues el tiempo lo dedicamos para disfrutar de los pocos días que nos quedaban con la familia. Mostafa nos volvió a dar la oportunidad de pasar una Nochevieja especial invitándonos a casa de su madre, con su familia y amigos de diferentes países, con un menú preparado por los invitados, completándose un riquísimo bufé.
Aquí no se le da mucha importancia a este día, simplemente alrededor de medianoche hacen una cuenta atrás y tras ello se abrazan…Pero nosotros conservando la tradición, a la medianoche española, nos sacamos 12 uvas pasas, que comimos a son de los toques de dos botellas de cerveza.
El 2008 no comienza muy emocionante; primero las despedidas que nunca son buenas, y segundo tener que quedarnos atrapados en esta ciudad para hacer papeleos, eso que lleva tan poco tiempo…Nos trasladamos de casa por unos días, Taki vive un poco más cerca del centro, aunque no nos sirvió de mucho pues justo nos ha coincidido en fin de semana y no hemos podido hacer nada. Así que aprovechamos a hacer turismo en la ciudad y tener nuevas vistas de ella.
El barrio donde estamos es el de la clase alta, pero tan solo dos calles por detrás, cruzando las vías del tren, es como adentrarse en otro mundo, callejones muy muy estrechos llenos de puestos, basura, carromatos, y entre ello, el ruido de los pitidos de los coches destartalados y los gritos de los vendedores…
Usamos como medio de transporte el metro para acercarnos a la citadel, en el cual debemos ir separados, los primeros dos vagones son solo para mujeres; el resto, para almas sin domesticar que cuando ven una extranjera se piensan que pueden hacer lo que quieran con ella... La citadel se halla en un alto, y tiene una gran mezquita central; es demasiado turístico, por eso, lo mejor fue llegar hasta allí atraves de los mercados y de la vida diaria egipcia. Mercadillos auténticos, que al no recibir extranjeros son gente honrada y no tratan de engañarte; muy diferente del día a día en la ciudad donde tenemos que pelearnos con todos para que nos timen lo menos posible.
Mañana volveremos a casa de Mostafa, con ganas de partir hacia el desierto; pero antes nos espera ver qué pasa con el visado de Sudan.
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